Madi Piller. La memoria inscrita con luz

Jun 9, 2019 | Entrevistas


En muchas de tus películas experimentar con el material, intentar encontrar nuevas imágenes es muy importante.
Sí, uno busca una forma de expresarse. Yo siempre pensé: si uno tiene una cámara y le compra una lente, todas las fotos van a tener el mismo ángulo. Y a veces uno piensa… ¡pero yo quiero llegar hasta allá! Entonces tienes que cambiar de lente. Si no lo haces, no cambias tus posibilidades de llegar a ciertas formas. ¿Qué puedo cambiar aquí para llegar a aquel punto? ¿Qué técnica puedo usar para desarrollar este proyecto? ¿Por qué estoy usando esta técnica, por qué estoy usando esta cámara, esta lente…? A mí me da esa necesidad de buscar un poco más allá. Será por mi curiosidad de las tecnologías. Yo recuerdo que en la universidad hice una asignatura de la historia de la tecnología y me fascinó. Pero ya estaba fascinada por todo lo que era tecnologías y mecánica.
En tus últimas películas esta experimentación con los procesos y con los materiales se funde con una búsqueda de la memoria, de tus raíces. Me gustaría saber cómo se cruzan esas dos cosas.
Lo personal tiene que ver con que vivimos en un mundo muy amplio y yo veo que mis historias familiares o mi búsqueda de identidad o todas estas problemáticas están muy presentes. Es como un eco de muchas otras sociedades, no creo que lo que estoy buscando sea único, pero sí es un eco de lo que sucede. No hay nada nuevo, pero yo lo redescubro y me gusta saber que lo estoy recuperando. Hay una necesidad de que las cosas sean contadas y repetidas. Ojalá que no sigan sucediendo, que es justamente el caso. Por eso uno tiene que tenerlas constantemente presentes. Eso es una parte de mi necesidad intrínseca, pero en ese paso siempre estoy buscando la imagen de la luz. Yo creo que sale muy natural. A veces pongo una foto delante de la cámara y me parece muy cruda: quiero disfrazarla, quiero poner otra ventana delante, mirarla de otra forma. Ahí es cuando empiezo a buscar esos elementos de animación.
Me interesa el proceso de The Shifting Sands. Es material encontrado, pero que se cruza con tu propia historia familiar. ¿No puedes hablar de ello?
Fue todo sacado de una película que hizo un documentalista. Jacques Madvo. Él filmó mucho por diferentes países, fue un encargo de una organización de arte en el Canadá, LIFT, que seleccionó a diferentes artistas y nos dijo que escogiéramos un tema. Yo escogí el tema de Israel, porque me pareció que el documental que el trabajo que había hecho Madvo acerca e Israel era muy puntual, muy específico en su parte histórica. Cuando uno revisa esa historia, es una historia muy fracturad, pero al mismo tiempo la historia de una nación que ha avanzado dentro de todos sus bemoles y que ha ido cambiando constantemente sus políticas internas. Hay que hacer toda una revisión de la historia de un país tan joven. Y sigue habiendo demasiadas problemáticas dentro de ese espacio, pero yo quise recuperar ese documental y mezclarlo con fotografías que mi padre había tomado cuando estuvo allá después de la Segunda Guerra Mundial. Hacer una película así es muy difícil, y creo que por eso surgió la idea de hacerla completamente manual. Se hizo imprimiendo la película contra las fotografías, haciendo optical printing del documental manualmente y mezclándolo con fotografías. Es una película que es muy fracturada, como lo es ese espacio del Medio Oriente. Y creo que es así, pensando mucho en la historia y pensando mucho en las cosas, como uno puede llegar a darle una forma a la película, o así es como yo realizo mis películas.
También vamos a ver Not Moldova, 1937, una película que también bebe de esa historia familiar, que también tiene relación con la Segunda Guerra Mundial. Quisiera saber más sobre ella.
Esa película tiene un acercamiento muy duro, porque es entrar en una sociedad en la que no reconocen el error tan humano, o inhumano, que cometieron durante la Segunda Guerra Mundial. Y uno lo ve en esos espacios abandonados. Estuve un par de veces allá, tratando de investigar el espacio y de ver qué encontraba, y básicamente lo que encuentras son piedras abandonadas. Y ese silencio que está representado en la película. Incluso la gente que me ayudó allá son jóvenes y no tienen ni idea de la historia. Es bastante dramático. Más que reencontrarme con una historia familiar para mí es una recuperación de una memoria que está completamente olvidada, y sin ninguna intención de ser recuperada. Rumanía, en todo caso, ha hecho ciertos esfuerzos por entrar en la Comunidad Europea y hay una sensibilidad mayor, pero Moldavia, que es una república que está al lado, no he visto que hayan hecho realmente ningún esfuerzo. Y básicamente la zona de Moldavia es lo que era antes Besarabia. Cuando crecí en el Perú, había tanta gente que era de Besarabia, que yo pensaba que era un país. Pero era una provincia de Rumanía. Es una película dolorosa.
En tus películas, estas dos últimas de las que hemos hablado, Shifting Sands, Not Moldova, 1937, pero también Untitled… también hay un enorme componente político.
Sí. Untitled es una crítica. Dentro de esta búsqueda que fue muy larga, de ir a las bibliotecas, que es un proceso bastante arduo… Y de buscar elementos fuera de las bibliotecas, si es que no se tiene acceso a ellas, y de reencontrar los pasajes de los inmigrantes y de reencontrarme a mí misma. Porque yo llegué al Perú a investigar acerca de este pasaje de mi abuelo y a recorrer este camino reencontrándome también a mí, rencontrándome con la gente que vive allá y cómo me ven a mí cómo extranjera, cuando yo tengo un corazón que ha nacido allá y que de cierta forma vive con ellos. Uno siente en la distancia ciertas conexiones, y cuando llegas allí, quieres unirte nuevamente con esa tierra, y te encuentras con tantas cosas tan dolorosas… Incluso en Untitled yo decidí no filmar la periferia que estaba delante de la cámara. Me situé únicamente en el pasaje de mi abuelo para evitar todo el caos visual que sucede. Es una película que, aparentemente, es muy tranquila pero es muy fuerte con las palabras que yo expreso. Todo ese caos está expresado en la poesía, en lo que yo recito, porque era el sentimiento de ese momento. He hecho otra película en la que estoy trabajando otros temas políticos y sociales que están ocurriendo, pero… sí, para mí son esenciales, históricos, mnemónicos. Y en el cine se da la coyuntura para poder hablarlos directamente.

PUBLICACIONES RECIENTES