Jeannette Muñoz. Un proceso infinito

Siempre hablas de ese trabajo de recopilación de fragmentos cinematográficos, de estar creando una obra que siempre está en proceso ¿Qué importancia tiene eso para ti?
Creo que eso también tiene que ver con lo que hice anteriormente con la fotografía analógica. No en los resultados, en lo que se ve, si no en esa cosa interior de cómo uno aborda un trabajo. Para mí la experimentación era algo muy elemental y fundamental. Yo elegí, para este trabajo que estoy haciendo en cine, una manera de quedarme en el aquí y ahora. No pensar en una película terminada, porque me di cuenta con el paso del tiempo que una película terminada la puedes desarmar y puedes montar otra película… y puedes tener infinitas películas. El hecho de terminar una película es una decisión que uno toma en un momento, y que es arbitraria, ¡porque podría seguir eternamente! Así que pensé que si esa inquietud mía era tan fuerte, mejor era quedarme ahí. Envíos, por ejemplo, es una especie de recipiente, son unidades que tienen sus propias leyes internas, y que no son películas terminadas, sino que son fragmentos de algo. El hecho de dedicarlas es ya como una terminación, pero el proceso de Envíos se mantiene siempre presente, actual, siempre lo estoy actualizando, porque hago uno nuevo… O envío uno a esa persona y lo vemos juntas, o a veces no es posible… A veces, simplemente, lo cuento… Donde más se ve esa idea es en Puchuncaví. Puchuncaví es un lugar, pero para mí es un lugar en el universo. Y es un proceso muy, muy largo que estoy empezando. Y yo lo digo así porque cuando me encuentro una situación y la filmo espontáneamente, para mí tiene una dinámica que le es propia, y que es solo ese momento. A veces, yo participo activamente con la cámara. A veces me comunico y parece que hablara con mi personaje, pero otras veces solamente contemplo y me retiro. Hay diferentes ritmos, diferentes maneras de interactuar. Y ahora por ejemplo he creado puentes entre estos segmentos, que se comunican, que se salen un poco del borde de uno y entran en otro. Y estas cosas, que son muy de acá, que son de mi imaginación, son las fundamentales. Yo quiero vivir el cine de esa manera. Descubrir las cosas propias que tengo adentro, que son mis propios sueños, con los sueños de otros. La idea de Puchuncaví tiene mucho que ver con el lugar en sí, porque es un lugar donde uno encuentra diferentes formas de vida que coexisten pero que no se tocan. Está, por ejemplo, la industria; pero, claro… hay un pueblo, gente que vive ahí, trabaja… Hay un balneario donde la gente vive sus vacaciones… ¡Tiene tantas cosas! Es un sitio también histórico: su nombre significa «el lugar donde acaban las fiestas». Es muy simbólico también. Y para mí ese proyecto ahora se amplió, cruzó la frontera, y ahora filmo en cualquier parte Puchuncaví, porque se crean puentes.
¿Nos puedes hablar de tu performance Proceso hacia una película?
Yo tengo una gran cantidad de material que no usé para películas, pero que me parece que tiene un gran potencial. En realidad, yo cuando filmo voy reservando cosas que son para estos otros proyectos, que en el fondo son una sola cosa. Si muestro fotogramas, series, o diapositivas, o esta moviola… es parte de una sola cosa. En realidad se podría llamar todo Proceso hacia una película. Para mí ese es el concepto general de mi trabajo, porque me mantengo en el proceso. ¿Qué es una película? Una película puede tener mil formas, tenemos una ilusión de película, cada uno, y de acuerdo con eso vamos trabajando. Yo veo la película, o el cine, como algo con muchos niveles. Algunos son íntimos, como este de cortar, de pegar… Pero en el fondo, muestran lo mismo. Son fragmentos, segmentos de película, que los unes y te armas una película que después podrías desarmar y armar otra. Para mí, filosóficamente hablando, es mucho más interesante mantenerme en el proceso, y no pensar en algo que tengo que terminar. Voy adhiriendo siempre nuevos materiales que van ampliando la idea de este proceso.
¿Nos podrías hablar de la parte estática de lo que vas a enseñar?: de las diapositivas, de los fotogramas… y cómo se articula eso dentro de todo lo demás.
Yo siento que me pasan cosas siempre cuando estoy con la cámara. Que interactúo, que estoy adentro. Voy cambiando de niveles: a veces estoy metida dentro, a veces me retiro… A veces comunico superfuerte. Y me pasa mucho con animales, o con alguna persona. Generalmente filmo gente que conozco, no filmo gente con la que no he conversado nunca, sin tener su permiso. Entonces, la comunicación está, pero a veces me pasan cosas fortuitas. Son otros planos, ya no es solamente el cine, sino también esa realidad que uno está viviendo, y que es tan rica. Para descubrir esa magia que hay adentro, a veces hay que detenerse en lo mínimo. Por eso me detuve y empecé a seleccionar grupos de fotogramas, 4 ó 5, en los que yo siento que hay algo que tiene que ver con el cine mismo. Con el hecho de la cuestión física de reunir imágenes para crear otras con movimiento. Todos estos segmentos también tienen distintas velocidades de filmación: van desde las 50 imágenes por segundo hasta las 12 imágenes por segundo, o incluso imagen por imagen. Y todo eso habla de cosas que son propias del cine: el tiempo, cómo se entrelaza un fotograma con otro, el tiempo presente que está en cada uno de estos… que pasan a ser objetos de tiempo. Y luego los fotogramas que se suceden, ya con un espacio de tiempo entre sí, eso son las diapositivas, que también son algo muy relevante para mí, que siempre me detengo a mirar. Esto que voy a presentar el sábado tiene que ver con esa intimidad del cine que yo siento cuando estoy trabajando con el material y me sorprendo por algo que vi y pienso ¡qué loco esto que pasó!, o ¡cómo se unen estas imágenes! Mi trabajo en el momento del montaje, de la revisión del material, cuando lo ves por primera vez después del revelado, cuando te llega por correo… Ese momento que lo viven todos los cineastas, también los que hacen digital. Pero la suerte que tengo yo es que lo puedo cortar y lo puedo mostrar, porque hago analógico.
Cine conferencia AulaCREA. Lo visible y lo invisible en el cine de Jeannette Muñoz. Sábado 08/06 | 11:30 h | Sala (S8) PALEXCO