Hace tiempo que llevo rumiando sobre la situación actual del audiovisual en Galicia, no la del audiovisual industrial, claro está, sino la del más renovado, la verdadera locomotora que empuja por contrariar la inercia apocada del audiovisual establecido y convencional. Ahora con este texto espero poner en orden mis pensamientos y comenzar a sacar algunas conclusiones. Sé que estoy tratando un tema en el que apenas hay distancia histórica, pero creo que ya hay los suficientes indicios para intentar una sistematización de lo que ha sucedido recientemente en el audiovisual gallego.
It’s being long time since I’ve been thinking over the current situation of the audiovisual scenery in Galicia, not about the industrial audiovisual one, of course, but about the most updated one, the real locomotive that pulls to contradict the static inertia of the established and conventional type of audiovisual. Now with this text I wish to set in order all my thoughts and start throwing out some conclusions. I am conscious that I am dealing with a topic where there is barely any Historical distance, but I believe there is already enough signs to try a systematization of what it’s recently happening within the Galician audiovisual scenery.
Facía tempo que levo rumiando sobre a situación actual do audiovisual en Galicia, non a do audiovisual industrial, claro está, senón a do máis anovado, a verdadeira locomotora que purra por contrariar a inercia amoucada do audiovisual establecido e convencional. Agora con este texto agardo por en orde os meus pensamentos e comezar a sacar algunhas conclusións. Sei que estou a tratar un tema no que apenas hai distancia histórica, mais creo que xa hai os suficientes indicios para intentar unha sistematización do que está a acontecer recientemente no audiovisual galego.
Antes de nada me gustaría aclarar que hablar de audiovisual gallego trae consiguo una gran cantidad de disquisiciones ontológicas. Unas inquietudes que si años atrás eran de dudas ahora son certezas y que si en el pasado era hacer un inventario voluntarioso ahora posée cierto matiz expansivo y globalizador acorde con el rumbo de la disciplina dentro del panorama internacional. Pero mi intención es hacer un zoom de aproximación dentro del audiovisual gallego y fijarme ya no solo en las propuestas no secundadas por la industria, sino, que, dentro de estas, profundizar en las tendencias más radicales, en los creadores “más periféricos” que constituyen la verdadera “punta de lanza” de la que, de una vez por todas, el audiovisual gallego tendría que empezar a hacer obstentación.
Y vuelvo a hacer otro «retranqueo». Hablo de “audiovisual” por que es lo que me da menos reparo emplear porque creo que es lo que mejor se adapta a tods lo que está sucediendo dentro del amplio abanico de tecnologías que se sirven de la imágen en movimiento. Está claro que hablar de cine es recurrir al áurea de la tradición y de lo artístico, pero la deriva imparable magnético-digital me hace incomprensible la «morriña» por el celuloide. Y sí, fue la cacareada “democratización de los medios de producción” lo que motivó que aparecieran alternativas al sucesivo agotamiento generacional que caracteriza cíclicamente el devenir del audiovisual gallego. Una historia que ha dado episodios reseñables como la Videocreación de los 80 o los trabajos de la EIS en los 90, pero que fueron hitos sin continuidad y que anunciaban la “claudicación” de una manera conservadora de “pensar el cine”.
Ahora se vuelve a tener otra cumbre en la creación audiovisual gallega sobre todo debido ao empuje desde, la frágil pero intensa, Axencia Audiovisual Galega. Aí aparecieron nuevos nombes llamados a servir de alternativa a los que entonces malgastaban una y otra vez sus oportunidades en producciones hirientes. Pero, vuelvo a hacer otro giro en la trama, y mi interés en distinguir entre los nuevos nombres a aquellos que sirven de baluarte a favor de detectar las ondas del futuro. Otras miradas, otros cines de gente que tienen la necesidad de expresarse en el medio audiovisual sin servilismos ni rendiciones. Y es de esto de lo que quiero hablar.
Esta vanguardia del audiovisual gallego viene derivada por gente que posée una trayectoria coherente donde hay un deseo de búsqueda dentro de ciertos parámetros estéticos y de reflexión sobre las posibilidades del medio. Y para eso hacen gala de una libertad creativa nunca vista, con propuestas arriesgadas, no en su producción y ejecución, sino en su concepción cinematográfica. Casi siempre tienen que realizarse saltándose la incomprensión de la jerarquía gremial de la industria y casi siempre corresponde a esfuerzos unipersonales posíbles gracias a las bondades de la tecnología digital.
Hasta el día de hoy, todo este magma de “cine digital” (otra interesante denominación) ha tenido su culminación con la presencia del largometraje Todos vós sodes capitáns, de Oliver Laxe, en el Festival de Cannes 2010. Pero, dónde comenzó todo?
El inicio de todo estuvo en la figura de Alberte Pagán. Va a hacer casi una década que el director de O Carballiño comenzó a hacer pequeñas piezas que anticipaban lo que serían sus obras más relevantes: Bs. As, a Pó de estrelas y a Tanyaradwa. Una trayectoria autodidacta que ha valido como espejo y único referente gallego de las posibilidades de la nueva forma de pensar la creación audiovisual. Pagán fue el referente para aquellos creadores que buscaban en la autogestión la posibilidad de materializar sus filmes sin disminuir, por eso, sus pretensiones creativas.
A otro nível se encuentran los cineastas con formación en las escuelas, casi siempre de fuera de Galicia, que intentan hacerse un hueco en el panorama buscando la validación de festivales y de la crítica menos permeable a los intereses corporativos. En este grupo destaca, como no, Oliver Laxe, caracterizado por la enunciación del proceso artístico, pero también conviene reseñar la alegría desautomatizadora de Vicente Vázquez, la digestión cinéfila de Ángel Santos, la poesía de lo cotidiano de Lara Bacelo, los arrebatos estraubianos de Eloy Enciso, los aspectos existenciales de la forma de Lois Patiño o la crítica lúdica-social de Peque Varela. La mayoría de estos nombres proceden de la diáspora que decidieron regresar e intentar adaptarse a la situación gallega sin por eso doblegar su mirada.
Todos ellos son directores jóvenes pero sobradamente preparados a los que no les tiembla el pulso para apostar por trabajos audaces en los que poner a debate la tesitura contemporánea en la que se mueve el cine. Unas argumentaciones “no-reconciliadas” que no tienen nada que envidiar a lo que se hace en el panorama internacional. Así, vuelven una y otra vez las obsesiones significativas que apuntan al futuro: a la reflexión metalingüística, a las singularidades de la mirada, a la hibridación documental-ficción, a la identidade persoal y a la del territorio, a las valoraciones de los espacios, a la exhortación de la memoria, al artificio de la representación, a la polución artística, a las impresiones del tiempo, a la experimentación formal, a la ironía creativa…
Pero a estas posiciones delanteras recalan, de vez en cuando, otros cineastas del audiovisual mainstreim o de otras disciplinas (Bellas Artes, Música) que proponen obras que participan de estos principios de vanguardia: Cousas de Kulechov, de Susana Rei, Bata por fóra, de Claudia Brenlla, Fatum, de Pablo Millán, Manuscritos Pompeianos, de Marcos Nine… Una zona muy complicada en la que permanecer ya que muchas veces está en juego la propia “supervivencia” de los creadores.
Para terminar me gustaría ser osado. Espero que este texto contribuya a rescatar del olvido a estos autores y sus obras, me gustaría que impulsara nuevos acercamientos y estudios sobre la rica diversidad y calidad que está ofreciendo esta nueva vaga de audiovisual gallego. Como conclusión puedo dicir que estos creadores que hacen de “punta de lanza” son los que pueden sostener mi atrevimiento de que nos encontramos ante los que se puede llamar: EL NUEVO CINE GALLEGO.
Before I do anything else, I would like to clarify that talking about the Galician audiovisual brings together a lot of ontological disquisitions. A series of concerns that if years ago were over doubts, nowadays are certainties and that, in another time it meant doing a voluntary inventory, currently it has certain expansive and globalizing shade in accordance with the course of the discipline within the international panorama. But my intention is to zoom into Galicia’s audiovisual and pay attention not only into the proposals not backed up by the industry, but, that, within these ones, go deep into the most radical tendencies, into the “most peripheral” creators who make up the real “spearhead” of which, definitely, the Galician audiovisual should start flaunting.
And I start with another irony. I talk about the “audiovisual” because it is what it brings less qualm for me to use, since I believe it is the concept that best fits with what it’s happening within the wide range of technologies that make use of the moving images. It is clear that talking about cinema means going through the aureole of the tradition and of the artistic, but the unstoppable magnetic-digital drift turns incomprehensible for me the “homesick” for the celluloid.
And yes, it was the crowning “democratization of the means of production” what motivated new alternatives to show up against the continuous generational exhaustion that constantly characterize the future of the Galician audiovisual scenery. A History that offered episodes worth mentioning, like the Video creation from the 80’s or the series of works from the EIS during the 90’s, but these were landmarks without continuity, showing the surrender of a conservative way of “understanding the cinema”.
Nowadays there is another peak within the Galician audiovisual creation, basically due to the push from the, fragile but intense, Agencia Audiovisual Gallega. There, it appeared new names called to be an alternative to those who at that time continuously misused their opportunities in wounding productions. But, once again I make another turn in the plot, and my interest in distinguishing between the new names, those which are useful as a bastion in favor of the detection of future waves. Other looks, other cinemas of people with the necessity of expressing themselves in an audiovisual media without servitudes or surrenders. And it is exactly about this, what I want to talk about.
This vanguard of the Galician audiovisual is derived from people who posses a coherent trajectory, where there is a necessity of searching within certain aesthetic and reflection parameters about the possibilities of the audiovisual media. And to get to this point they show a creative freedom never seen before, with risky proposals, not within their production and execution, but within their cinematographic conception. Almost always films have to be produced skipping the lack of understanding from the professional hierarchy of the industry and almost always corresponds to possible individual efforts thanks to the goodness of digital technology.
Until today, all this magma made of “digital cinema” (another interesting naming) had its culmination with the presence of the full-length film Todos vós sodes capitáns, from Oliver Laxe, at the International Festival of Cannes 2010. But, where did all start?
The beginning of everything was in the figure of Alberte Pagán. It is going to be almost a decade that the director from O Carballiño started making small screen works that moved up what it will be his most prominent works: Bs. As, Pó de estrelas and Tanyaradwa. An autodidactic trajectory, that it was used as a mirror and as the only Galician referential point regarding the possibilities of new ways of considering the audiovisual creation. Pagán was the reference for those creators who were looking within the self-management the possibility to materialize their films without diminishing, for this reason, their creative aspirations.
At another level it can be found those filmmakers who studied in Schools, almost always outside Galicia, who try to make room for them into the panorama looking for the validation of festivals and critics less permeable to corporate interests. Within this group stands out, of course, Oliver Laxe, characterized by the appointment by the artistic process, but at the same time, it must be mentioned the des-automated happiness of Vicente Vázquez, the filmic digestion of Ángel Santos, the poetry of the daily routine of Lara Bacelo, the estraubianos outbursts of Eloy Enciso, the existential aspects of the form by Lois Patiño or the socio-recreational critic of Peque Varela. The majority of these names come from the diaspora, who decided to come back and try to adapt to the Galician situation, without creasing up their look.
Although they are all young directors, they are very well prepared; their hands don’t shake to bet on daring works in which it can be discussed the contemporary frame of mind in which cinema can be found. A line of “non-reconciled” arguments that don’t have anything to envy to what it is been doing in the international panorama. So, they come over and over to a meaningful repetition pointing at the future: to the meta-linguistic reflection, to the singularities of the look, to the documentary-fiction hybridization, to the personal and territorial identity, to the assessment of the spaces, to the exhortation of the memory, to the artistic pollution, the impressions of time, the formal experimentation, to the creative irony….
But, from time to time, other filmmakers from the main stream or from other disciplines (Fine Arts, Music) get close to these leading positions and propose works which participate in these beginnings of avant-garde: Cousas de Kulechov, by Susana Rei, Bata por fóra, by Claudia Brenlla, Fatum, by Pablo Millán, Manuscritos Pompeianos, by Marcos Nine… A very complicated area to remain since many times the “survival” of the creators is at stake.
To finish, I would like to be brave. I hope this text will help expelling these authors and their works out of the oblivion, and I would like that it could promote new rapprochements and studies about the rich diversity and quality that this new wave from the Galician audiovisual is currently offering. Summing up, I can say that these creators that act as “spearhead” are the ones who can bear my nerve that we are in front of what it can be called: THE NEW GALICIAN CINEMA.
Antes de nada gustaríame aclarar que falar do audiovisual galego trae consiguo unha chea de disquisicións ontolóxicas. Unhas inquedanzas que se anos atrás eran de dúbidas agora son certezas e que noutraora era facer un inventario voluntarioso agora posúe certo matiz expansivo e globalizador acorde co rumbo da disciplina dentro do panorama internacional. Mais a miña intención é facer un zoom de aproximación dentro do audiovisual galego e fixarme xa non só nas propostas non secundadas pola industria, senón, que, dentro destas, afondar nas tendencias máis radicais, nos creadores “máis periféricos” que constitúen a verdadeira “punta de lanza” da que, dunha vez por todas, o audiovisual galego tería que comezar a facer obstentación.
E volvo a facer outro retranqueo. Falo de “audiovisual” por que é o que me dá menos reparo empregar porque creo que é o que mellor se adapta a todas ao que está acontecer dentro do amplo abano de tecnoloxías que se serven da imaxe en movemento. Está claro que falar de cinema é recorrer a áurea da tradición e do artístico, mais a deriva imparable magnético-dixital faime incomprensible a morriña polo celuloide. E sí, foi a cacarexada “democratización dos medios de produción” o que motivou que aparecerán alternativas ao sucesivo esgotamento xeneracional que caracteriza cíclicamente o devir do audiovisual galego. Unha historia que deu episodios reseñábeis como a Videocreación dos 80 ou os traballos da EIS nos 90, mais foron fitos sen continuidade e que anunciaban a “claudicación” dunha maneira conservadora de “pensar o cinema”.
Agora vólvese a ter outro cumio na creación audiovisual galega sobre todo debido ao pulo desde, a fráxil pero intensa, Axencia Audiovisual Galega. Aí apareceron novos nomes chamados a servir de alternativa aos que daquela malgastaban unha e outra vez as súas oportunidades en producións ferintes. Mais, volvo a facer outro xiro na trama, e o meu interese en distinguir entre os novos nomes aqueles que sirven de baluarte en prol de detectar as ondas do futuro. Outras miradas, outros cinemas de xente que teñen a necesidade de expresarse no medio audiovisual sen servidumes nin rendicións. E é disto do que quero falar.
Esta vangarda do audiovisual galego ven derivada por xente que posúe unha traxectoria coherente onde hai un desexo de búsqueda dentro de certos parámetros estéticos e de reflexión sobre as posibilidades do medio. E para iso fan gala dunha liberdade creativa nunca vista, con propostas arriscadas, non na súa produción e execución, senón na súa concepción cinematográfica. Case sempre teñen que realizarse saltándose a incomprensión da xerarquía gremial da industria e case sempre corresponde a esforzos unipersonais posíbeis grazas as bondades da tecnoloxía dixital.
Ata o día de hoxe, todo este magma de “cinema dixital” (outra interesante denominación) tivo a súa culminación coa presenza da longametraxe Todos vós sodes capitáns, de Oliver Laxe, no Festival de Cannes 2010. Mais, onde comezou todo?
O inicio de todo estivo na figura de Alberte Pagán. Vai facer case unha década que o director do carballiño comezou a facer pequenas pezas que anticipaban ao que serían as súas obras máis sobranceiras: Bs. As, a Pó de estrelas e a Tanyaradwa. Unha traxectoria autodidacta que serviu como espello e único referente galego das posibilidades do novo xeito de pensar a creación audiovisual. Pagán foi o referente para aqueles creadores que buscaban na autoxestión a posibilidade de materializar os seus filmes sen disminuir, por iso, as súas pretensións creativas.
A outro nível se atopan os cineastas con formación en escolas, case sempre de fora de Galicia, que intentan facerse un oco no panorama buscando a validación de festivais e da crítica menos permeable aos intereses corporativos. Neste grupo destaca, como non, Oliver Laxe, caracterizado pola enunciación do proceso artístico, mais tamén convén reseñar a ledicia desautomatizadora de Vicente Vázquez, a dixestión cinéfila de Ángel Santos, a poesía do cotiá de Lara Bacelo, os arrebatos estraubianos de Eloy Enciso, os aspectos existenciais da forma de Lois Patiño ou a crítica lúdica-social de Peque Varela. A maioría destes nomes proceden da diáspora que decidiron volver e intentar adaptarse a situación galega sen por iso doblegar a súa mirada.
Todos eles son directores mozos mais sobradamente preparados que non lle treme o pulso para apostar por traballos audaces nos que por a debate a tesitura contemporánea na que se move o cinema. Unhas argumentacións “non-reconciliadas” que non teñen nada que envexar ao que se fai no panorama internacional. Así, volven unha e outra vez a teimosías sinificativas que apuntan cara o futuro: á reflexión metalingüística, ás singularidades da mirada, á hibridación documental-ficción, á identidade persoal e a do territorio, ás valoracións dos espazos, á exhortación da memoria, ao artificio da representación, á polución artística, as impresións do tempo, a experimentación formal, á ironía creativa…
Mais a estas posicións dianteiras recalan, de cando en vez, outros cineastas do audiovisual mainstreim ou doutras disciplinas (Belas Artes, Música) que propoñen obras que participan destes principios de avangarda: Cousas de Kulechov, de Susana Rei, Bata por fóra, de Claudia Brenlla, Fatum, de Pablo Millán, Manuscritos Pompeianos, de Marcos Nine… Unha zona moi complicada de permanecer xa que moitas veces está en xogo a propia “supervivencia” dos creadores.
Para rematar gustaríame ser ousado. Agardo que este texto contribúa a expelexer do esquecemento a estes autores e as súas obras, gustaríame que impulsara novos achegamentos e estudios sobre a rica diversidade e calidade que está ofrecer esta nova vaga do audiovisual galego. Como conclusión podo dicir que estes creadores que fan de “punta de lanza” son os que poden soster o meu atrevemento de que nos atopamos ante que se pode chamar: O NOVO CINEMA GALEGO.