Con esta cita de la pensadora española María Zambrano encabeza Carla Andrade su descripción de esta pieza: «La realidad es poesía y, al mismo tiempo, historia». Pensada en forma de instalación que combina vídeo, fotografía y Super 8, Choven manchas de tempo representa una de las vertientes del trabajo de Carla Andrade, que además de ser una reconocida fotógrafa y artista, colaboró decisiva y estrechamente con Lois Patiño en la premiada Costa da Morte. La propia Andrade habla así de la experiencia que supuso la realización de esta pieza.
Choven manchas de tempo continua el estudio sobre las nociones de vacío y tiempo iniciado en Geometría de ecos, donde se estudiaba el vacío en relación a su propia expresión, a su representación abierta y fragmentaria. Dejar líneas inacabadas para que la mirada siguiese el impulso después del papel.
En esta segunda fase, se afronta el vacío desde el punto de vista del método, como preparación del estado del espíritu. Para ello me trasladé a Nepal con el fin de profundizar en el concepto de vacío desde el punto de vista de las filosofías orientales, así como por la vasta e indómita orografía de este país. En este sentido, el vacío resulta una suerte de vaciamiento que tiene su trasfondo en la soledad interior. Esta vacuidad no deja lugar a la dualidad y sustituye la conciencia con la inconsciencia. No analiza la realidad, la experimenta directamente, apartando todo pensamiento directivo o cargado de intención. Este estado de vaciamiento y, por tanto, donde tienen cabida todas las posibilidades, ya que si oquedad nada podría producirse, automáticamente se llena hasta rebosar, surgiendo la exuberancia mediante el desbordamiento.
Esta búsqueda del vacío para llenarse del universo entero, un estado de plenitud que aquí llamamos desbordamiento, brota cuanto estamos atentos a la realidad presente, tomamos consciencia. Un presente que contiene y crea el pasado y el futuro; que nace y se renueva constantemente. Así, Llueven manchas de tiempo pretende crear un tiempo absorbido, que no halla su resonancia porque es, o está siendo, mientras se renueva. Un vuelo sin plumas, ingrávido. Aquí Tiempo y Eternidad van de la mano y se relacionan con un presente que cambia y se repite constantemente. Como el vacío, la eternidad es invisible, es una no-forma, es impensable y es entendida como punto en el que se unen todas las líneas y que persiste sin modificación en su identidad. Una eternidad que reside en lo transitorio y fugaz. Dado que nada es permanente, la eternidad le pertenece al instante que, en este caso, no es considerado como unidad de tiempo. Eternidad compuesta de infinitos e incesantes instantes, dependientes entre sí, que se mueven de forma cíclica.
Asimismo, en este intento de intensificación del presente, tratamos de huir de la idea nostálgica inherente a la fotografía como forma de recrear un momento del pasado, para hablar del ahora, de ella misma como un objeto que está siendo, un ser-en-el-mundo como diría Martin Heidegger. Un vivir ahora, en el presente, porque es lo verdaderamente real, lo eterno. Atención a lo inmediato, nada hay permanente, un fluir constante. Así este proyecto se plantea sin una centralidad convergente, sino que hay múltiples puntos de fuga que apuntan fuera del cuadro o relacionan entre sí los elementos, dominando una falta de simetría.
El tiempo concebido como forma de entender el ser, o el ser como producto del tiempo, genera la necesidad de aceptar lo finito frente al ansia de conservación y perpetuidad propia del pensamiento occidental. Oposición Oriente/Occidente en la actitud divergente receptividad/poder. Esquema circular frente al lineal. Ante el miedo por la naturaleza indómita, nace el desasosiego de tratar de descubrir y dominar las leyes de la naturaleza, necesidad de hacerla científicamente inteligible, reduciendo sus formas a las regularidades de la geometría. En vez de permanecer atento a sus revoluciones y adaptarnos a ellas, esa necesidad de iluminar, nos ha llevado a quedar atrapados en nuestra propia racionalidad.
Instalación
Carla Andrade. Choven manchas de tempo
Fundación Luis Seoane
Del 3 al 7 de junio
De 10 a 13 y de 17 a 21h.