MARGARET HONDA
PROGRAMA
Domus | Jueves 6 junio | 11:00 horas | Entrada libre a todas las sedes hasta completar aforo. No será posible acceder a las salas una vez empezada la proyección.
WILDFLOWERS
Margaret Honda | 2015 | EE. UU. | 16 mm | 3 min
Wildflowers está rodada en 16 mm en dos chasis Kodachrome de cincuenta pies. Como el procesado en color de Kodachrome tocó a su fin en 2010, ya solo es posible revelarlo en blanco y negro, no en positivo de color. Compuse tomas de diez segundos de distintas flores silvestres que nacen todos los años en el sur de California; al igual que a la propia Kodachrome, a las flores se les extraería el color que constituye su atributo principal. La película en negativo, de cuya fecha de caducidad habían pasado cincuenta años y que ya estaba afectada por degradación de la base, volvió del laboratorio sin ninguna imagen discernible en ninguno de los carretes, y un narrador lee una descripción del color y la estructura de cada flor en el momento en que habría salido en pantalla. El filme es un testimonio de algo que va desapareciendo, registrado en algo que ya ha desaparecido. (Margaret Honda)
Copia por cortesía de la colección Margaret Honda (Academy Film Archive)
COLOR CORRECTION
Margaret Honda | 2015 | EE. UU. | 35 mm | 101 min
Color Correction se hizo únicamente a partir de las cintas de sincronización de un filme narrativo convencional, omitiendo la película original correspondiente. El resultado es una obra carente de imágenes y sonido que está formada por una sucesión de colores diferentes, cada uno de los cuales se corresponde con la duración de una toma; la historia que había llevado a determinar esas duraciones ha desaparecido. (Margaret Honda)
Copia por cortesía de la colección Margaret Honda (Academy Film Archive)
SPECTRUM REVERSE SPECTRUM
Margaret Honda | 2014 | EE. UU. | 70 mm | 21 min
Spectrum Reverse Spectrum es un filme hecho sin cámara, exponiendo cinta de 70 mm a luz coloreada y calibrada con precisión en una impresora de película, de lo que surge un campo de color uniforme sin líneas de encuadre. La densidad y la duración relativas de los colores, que van transitando por el espectro luminoso visible, del violeta al rojo y vuelta al violeta, siguen a estos en el espectro mismo. La película, simétrica en su construcción, es la misma si se proyecta desde cualquiera de sus extremos. (Margaret Honda)
Copia por cortesía de la colección Margaret Honda (Academy Film Archive)
MARGARET HONDA
MINIMALISMO MAXIMALISTA
La primera película de Margaret Honda (San Diego, 1961), Spectrum Reverse Spectrum, es de hace diez años (2014) y está hecha en 70mm. ¿Quién podría pensar en usar el formato de cine más grande y espectacular para iniciarse en el cine? Sin ninguna intención de volver su vista a la épica, Honda simplemente vio en el 70mm un material con el cual llevar a cabo una idea que surgió después de una larga carrera dedicada principalmente a la escultura (que continúa hoy). Para hacer esta película no se usó ninguna cámara, y Honda declara sin rodeos que no sabe cómo cargar una cámara de cine. Y es que el trabajo de Honda con el cine nada tiene que ver con la manipulación artesanal del material, sino con el pensamiento en torno a él. Y en lo que significa en pleno siglo XXI acercarse al fotoquímico y a sus procesos, que son los verdaderos protagonistas de sus películas.
El programa que presentamos está compuesto por tres películas: Spectrum Reverse Spectrum, Color Correction y Wildflowers, en 70mm, 35mm y 16mm respectivamente, cubriendo casi todo el espectro de película fotoquímica disponible. Spectrum Reverse Spectrum y Color Correction lidian con los procesos de colorimetría del laboratorio que, vaciados de todo contenido, pasan de ser invisibles a ser el tema mismo del film. Y Wildflowers trata de la imposibilidad de obtener imágenes de un tipo de emulsión que ya no puede ser revelada en ningún sitio. Todas estas películas se ocupan de la materialidad del cine desde este lado de la historia en el que el soporte fotoquímico, en un ámbito industrial, parece caminar hacia una obsolescencia de la que sólo le salvan el dinero y la exquisitez de cineastas como Nolan, P.T. Anderson o Tarantino. Es así como el trabajo de Honda no parece pensar en el celuloide desde la nostalgia o desde el pasado, sino desde la curiosidad de alguien que se acerca con ojos nuevos a procedimientos convencionales diseñados para películas comerciales. En cierto modo, se puede pensar que el cine de Honda trae al presente las ideas de los cineastas material-estructuralistas, pero con un refinamiento distanciado y una raigambre conceptual clara.
Spectrum Reverse Spectrum consta de un rollo de 70mm, expuesto a luz coloreada en una optical printer en variaciones graduales que cubren todo el espectro visible que la máquina es capaz de producir en un camino de ida y vuelta. La película sólo puede ser proyectada en su formato original, y la presencia de la sala de cine en su aspecto más clásico es parte de la experiencia de verla. Y así lo explica ella misma, en una entrevista con Jordan Cronk para Reverse Shot, la publicación online del MoMI:
La imaginé como una experiencia cinemática. Y eso es importante por varias razones. Una es que estaba realmente pensando en la película como algo que sale de toda una ecología de cómo sería producida. Para empezar el propio laboratorio. Pero también porque es una película muy difícil de proyectar –no sólo se necesita un proyector de 70mm, sino también una pantalla adecuada, que no tenga una ganancia muy alta, y también alguien que sepa cómo operar el proyector. Así que estaba pensando en toda esa gente y la relación entre el equipo, los materiales –todo lo que es necesario que esté en su sitio para poder ver esta película. La película nunca será digitalizada. Ha de ser siempre exhibida como película, y está construida como un palíndromo de modo que se puede proyectar desde cualquiera de sus extremos, lo cual no se puede hacer en digital.
Se ha descrito como una película que nos transporta a la idea más pura del cine, y aunque el minimalismo de su propuesta nos haga imaginar un resultado gélido, quienes la han visto la cuentan como una experiencia sensorial y sensual.
Color Correction va un paso más allá partiendo de la idea base de Spectrum Reverse Spectrum, que apela a los procesos de colorimetría del laboratorio. En las películas de cine comercial existe un proceso llamado etalonaje, que consiste en balancear el color y la luz de cada toma para que exista una continuidad entre todas (la temperatura de color y la tonalidad de la luz puede cambiar entre tomas de una misma secuencia). Para poder hacer esto mediante procesos analógicos, el laboratorio tiene que crear lo que se conoce como “timing tape”, una cinta de sincronización de colorimetría que sirve para dar órdenes a la optical printer en cuanto al color de la luz que debe emitir en cada momento, para poder obtener así una copia de color balanceada y uniforme. Para Spectrum Reverse Spectrum el laboratorio tuvo que crear una “timing tape”, y esto es lo que le dio la idea a Honda. Lo que hace en Color Correction, pues, es retomar la idea del readymade u objeto encontrado, pues lo que vemos en pantalla son las órdenes de colorimetría de la “timing tape” de una película comercial, pero sin la película. La duración de Color Correction viene dada por esa película (cuyo título desconocemos). Por supuesto, la película recurre al formato estándar del cine industrial, el 35mm. El ingenio de la operación de Honda expone, por otro lado, el calado casi metafísico de pensar al verla que su base es una ficción, con la posibilidad e imposibilidad implícita de imaginar las secuencias que originaron esas órdenes colorimétricas. El cine de metraje encontrado ha ido así un paso más allá.
El pensamiento de Honda a partir de esto se expande por otros medios: en su reciente 6144 × 1024 (2018) juega con estos términos en el digital, echando mano a sus procesos gracias a un programa generativo que va creando en vivo todas las posibles combinaciones de intensidad y luz y color que puede dar de sí un proyector digital.
El equipo de rodaje de estas Spectrum Reverse Spectrum y Color Correction son, pues, los técnicos del laboratorio FotoKem en Burbank, California (uno de los dos únicos laboratorios en el mundo que trabajan con 70mm), que es a quienes Honda ha encomendado materializar los gestos que constituyen esos dos films. La tercera película que mostramos, Wildflowers, alude de otra manera a la obsolescencia de la que antes hablábamos, pues fue filmada en dos rollos caducados del hoy extinto stock de cine reversible Kodachrome, que hoy sólo se puede revelar como negativo de blanco y negro. Usar una emulsión archiconocida por su color, sabiendo que ese color no estaría allí, filmando un motivo colorido como son las flores. El resultado jamás podría haber sido predicho por Honda, y eso es precisamente lo que importa en esta película que habla así de un mundo en desaparición sin rastro de sentimentalismo.
Vemos entonces cómo en el cine de Honda, más allá de los resultados, lo que cuenta es el pensamiento que origina el gesto y el rigor de una propuesta que, en estas tres películas, llevan al minimalismo a su máxima expresión como experiencia cinematográfica.
Elena Duque