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A continuación, un fragmento de la entrevista a Luther Price originalmente publicada en el libro Cinematograph vol. 6: Big as Life. An American History of 8mm Films editado por San Francisco Cinematheque/Museum of Modern Art, en el que cuenta cómo empezó a hacer películas, y habla de acontecimientos vitales decisivos para su cine. La puntuación respeta a la de la publicación original: una entrevista transcrita por los editores del libro que luego Price editó tachando partes con rotulador, que aquí transcribimos con este símbolo: (…)
(…) Cada vez conozco a más (…) cineastas entusiasmados con el (…) hi-8, yo también estoy entusiasmado (…)… Pero al mismo tiempo siento que (…) muchos (…) cineastas piensan que somos raros –nosotros, los cineastas de super 8– por ser tan toscos y no admitir (…) otras opciones… No tengo problemas con eso, me gusta el super 8, me gusta su crudeza, por esa razón me enamoré del super 8 (…)… muy íntimo. Pienso que mucha de la gente que usa técnicas mucho más modernas nunca se paró a tocar la película con sus propios dedos. Me pone mal (…) que ellos no puedan tener la oportunidad de intimar con la película como yo.
(…)… Como escultor (…) incorporé toda clase de medios en mi paleta. Si ves a (…) Derek Jarman te das cuenta de que toda esa mezcla de medios puede funcionar. Porque se trata de (…) lenguaje visual. ¿Para qué ponerse límites? (…) Espero que, al final de esta década (…) se resolverá una progresión en mi propio trabajo, (…) No me declaro dinosaurio ni tampoco quiero ser un dinosaurio. (…) He hecho muchas cosas a mano sin usar una optical printer. Al mismo tiempo, en cierto modo he creado un monstruo con muchas de mis películas (…) El laboratorio dice que no se puede hacer copias de las películas o te quiere cobrar el doble por hacerlo.(…)
“Mira a John Gibbons, por ejemplo. Él solo proyecta sus originales. Todavía no puedo creer que lo haga. (…) Así es él. No es tacaño. (…) Por otro lado creo que las copias pueden ser hermosas (…) Saul y yo pensamos prácticamente lo mismo sobre las copias –cada copia es una versión distinta del original. No soy un quisquilloso, pero sí quiero una buena copia. (…) El copiado es parte del proceso. He visto malas copias. Hay algo en esas copias malas –enseguida te das cuenta. (…)
“…Cuando hice Sodom –película la empecé en 1988 y poco después mostré en Nueva York– la primera versión duraba siete minutos. (…) La película creció hasta durar veinte minutos. (…) hice muchas copias. En 1994 me llamaron de Canyon (la cooperativa distribuidora de cine) y me dijeron “Hey, Luther, por algún motivo no hay banda de sonido en esta película”. (…) Fui a ponerle el sonido, (…) pero al verla de nuevo, fuera del contexto de una proyección (…) me di cuenta de que necesitaba empezar a quitarle cosas. Estaba con un amigo. Dije, “¿te importa si empiezo a cortarla en voz alta?” Él dijo, “no, no me importa”. Así que empecé a cortarla en mi cabeza en voz alta. Le hice 35 cortes a la copia y les dejé una nota. Y Steve Anker se quedó horrorizado cuando se enteró. Pero la versión que yo tenía –le hice 55 cortes más después de esto (…) lo que tenía de bonito es que ya le había puesto el sonido, así que tiene estos bellos momentos estruendosos. No hacer eso era conformarse con lo que había…
Fui a San Francisco, a la galería del ATA, e hice una doble proyección de Sodom y realmente funcionó. Es una de las más bellas versiones porque empieza a hablar del paisaje. (…….)
“Voy a ser fiel al super 8 hasta que se acabe… Tengo muchos amigos que hacen películas sonoras maravillosas… La pérdida de la película sonora está segando la voz de los cineastas de super 8. (…) A mí no me afectará tanto, pero nos está socavando a todos…
“… Volviendo a lo de antes, cuando hacía escultura (…) empecé a implicarme mucho en hacer fotografías de las piezas y de los lugares en los que estaban. Empecé a hacerles fotocopias y a hacer obras con ellas. Convertir esas esculturas de figuras apocalípticas en posters para colgar… Instalar las esculturas en esos espacios era una cosa, pero luego la (…) todo el efecto estético se iba al traste por culpa, ya sabes, de alguien con un anorak amarillo. (…) Me parecía que en muchos sentidos la instalación aún podía verse pero (…) … nunca me quedaba del todo contento.
“Cogí una cámara al acabar mi instalación en 1986. Creo que muchas cosas giran en torno al hecho de que me dispararon en 1985. Fui a Nicaragua durante la revolución Sandinista y allí me hirieron de muerte. Fui allí para ver lo que estaba ocurriendo, con un grupo de artistas. La mañana en la que me volvía a casa una ametralladora me impactó en la cadera y en el estómago. Así que básicamente me morí… en muchos sentidos creo que dejé de envejecer durante un tiempo, como un vampiro. El pasado 29 de junio se hicieron once años desde que eso pasó y no ha habido ni una semana desde entonces en la que no me haya visto afectado por ello. Hice una película al respecto llamada Meat, que solo se ha proyectado una vez, en San Francisco, en 1992, como parte de una performance. (…) Era tan gruesa a causa de la cinta adhesiva que no conseguí que me tiraran copias. Estaba sentado en un bar (…) Allí estaba sentado, sentado, sentado pensando, (…) la sesión está programada. (…) Viendo (…) algo en la tele (…) no podía parar de mirar el televisor (…) me di cuenta que la pieza trataba sobre estar ingresado en el hospital. Y pensé que si alguna vez una de mis películas existiese en vídeo, como objeto en un televisor, sería ésta. (…) siempre hay un televisor en las habitaciones de hospital. Así que decidí pasar (…) la película a vídeo y construí la (…) pieza en torno a eso, (…) hice una performance (…) Simplemente se hizo más densa a base de monitores y pantallas (…) no necesita ser proyectada.
Luther Price. Programa 1. Hoy jueves 1 de junio a las 16.30 h. en la Sala (S8) PALEXCO.
Luther Price. Programa 2. Viernes 2 de junio a las 16 h. en la Sala (S8) PALEXCO.
Exposición Light Fractures. Sala de Exposiciones PALEXCO.[:]