Una entrevista de Chris Michael
Kenneth Anger habla de cómo una masacre antibritánica pagó su película, y de lo que le debe a Jimmy Page y a un puñado de asesinos convictos.
Esta fue la primera gran película sobre magia negra o sobre magia blanca o como quieras llamarla. Soy miembro de OTO – Ordo Templi Orientis – una orden oculta fundada por el genio británico Aleister Crowley, quien fue difamado por la prensa sensacionalista. Lord Beaverbrook, el idiota de derechas de The Express, vendió un montón de periódicos llamando a Crowley satanista, con titulares como «El hombre al que queremos colgar», para provocar a la gente para que lo asesinara. Como si Crowley fuera el hombre del saco, lo cual era injusto. Escribió libros maravillosos y poesía. A Lord Beaverbrook le encantaba llamar a Crowley caníbal: comer seres humanos hace buenos titulares, y Crowley no podía contraatacar.
Lucifer Rising iba sobre dioses egipcios invocando al ángel Lucifer para abrir paso a una nueva era mística, de acuerdo a los principios de OTO. Hice uso de algunos engaños para rodarla en Egipto. Dije que estaba haciendo un documental sobre las creencias del antiguo Egipto y que necesitaba rodar en las localizaciones reales: frente a la Esfinge, en Karnak, a lo largo del Nilo donde te encuentras hermosos templos en ruinas. Las autoridades se lo tragaron.
Yo había sacado fotografías del Sábado Negro, las revueltas antibritánicas en El Cairo en 1952. Cuando quemaron el Hotel Shepheard, filmé a gente saltando de las ventanas y siendo masacrada en la calle –les cortaron las piernas con espadas y les dejaron desangrarse hasta morir porque eran británicos. Le vendí esas imágenes al Picture Post, que pagó mi viaje.
Marianne Faithfull [la estrella de la película, que interpretó a la diosa Lilith] dice que la hipnoticé y que la obligué a hacer cosas en contra de su voluntad. No fue así. Cuando la llevé a Egipto era adicta a la heroína y tuvo la cara dura de llevarse un poco en su estuche de maquillaje debajo de los polvos faciales, de modo que pareciera simplemente otro tipo de polvo. Si la hubieran arrestado o descubierto, nos habrían fusilado a todos –esa era la pena entonces por eso. Pienso que las drogas son muletas –no las necesitas para ser creativo. Lucifer Rising no es psicodélica, es una película de Kenneth Anger. Es mi estilo. Nunca dije que había que tomar LSD antes de verla, eso es mentira –un periódico se lo inventó.
Bobby [Beausoleil, que actuó en la película e hizo la banda sonora] era un buen chico que se echó a perder –él era Escorpio. Fue mi protegido a los 19 años, edad que se aproxima a la edad legal de 21 años pero no lo es. En otras palabras, vivía conmigo en su propio apartamento en el sitio al que llamaban la Embajada Rusa, ese magnífico edificio victoriano de listones de madera cerca de Haight-Ashbury en San Francisco. Estaba en una banda llamada Love, tenía el pelo por los hombros y ojos muy azules, y las chicas lo llamaban Cupido –siempre llevaba un viejo sombrero de copa, que era parte de su personaje. Se las arregló para hacer algunas grabaciones –antes de la tragedia.
Bobby me mintió, y luego cometió un terrible error. Me dijo: «Kenneth, necesito 700 dólares». En los sesenta eso era mucho dinero. Me dijo que era para comprar amplificadores para actuar. Volvió con un paquete grande envuelto en plástico negro, que asumí que eran altavoces. Luego salió y vi que su perro lo estaba oliendo. Así que lo corté por una esquina y me di cuenta de que era un kilo de marihuana. Cuando volvió le dije: «coge tu puta marihuana y lárgate de aquí». La próxima vez que le vi estaba en el corredor de la muerte por asesinar a un músico bajo las órdenes de Charles Manson. Manson realmente nunca mató a nadie él mismo, simplemente les lavó el cerebro a esas chicas y a Bobby, que eran como zombies, para que mataran. Manson era un pequeño freak gracioso, un enano, muy bajo. La buena noticia sobre Manson en prisión es que como le tenía pánico a los dentistas todos los dientes se le fueron pudriendo y se le fueron cayendo uno a uno. Se lo merece, es malo y tendría que haber sido ejecutado. Arruinó a Bobby por completo: Bobby habría estado bien si no hubiese conocido a Manson.
Pero Bobby creó su propia situación. No tenía que haber aceptado la invitación a mudarse con las chicas. Su furgoneta se rompió delante del Spahn Ranch [de la familia Manson], como predestinada por el mismo Satán, y las chicas salieron y dijeron «vaya, eres mono, ¿por qué no te mudas con nosotras?». Así que Jimmy Page hizo la música en su lugar. Es un tacaño, lo que es una cosa horrible. Ni siquiera pagaba el almuerzo. Así que le dije «¿no es ridículo que seas tan agarrado?». Y eso, claro, le insultó. Estaba colocado de heroína todo el rato –odio a esos yonquis porque los ojos se les ponen vidriosos y lo que dicen no tiene sentido porque no te siguen. Dije: «vale, Jimmy, necesito exactamente 40 minutos». Pero sólo me dio 20. Le dije: «¿qué quieres que haga, que la ponga dos veces? ¡Necesito 40 minutos! ¡Necesito un clímax! Es como que [la película] es el fin y el principio del mundo, ¡tienes que darme esa música grandiosa!».
Al final, le llevé a Bobby una grabadora de cinta a la cárcel. Él reunió a otros doce asesinos que solían ser músicos –hay muchos músicos en la cárcel que se involucraron con la venta de drogas, pero quiero decir que aún podían tocar. Así que grabé a Bobby tocando con «la orquesta de los asesinos». Bobby dijo que quería llamar a su banda The Powerhouse of Oz. Le dije: «no puedes, porque Oz significa cabra en hebreo –aunque no estás violando el copyright del libro de Oz de L Frank Baum, porque Baum era un ocultista secreto y los libros de Oz están llenos de bromitas secretas para la gente que entiende de magia.