BARBARA STERNBERG

PROGRAMA 1

Filmoteca de Galicia | Jueves 1 de junio | 19:30 horas | Entrada libre a todas las sedes hasta completar aforo. No será posible acceder a las salas una vez empezada la proyección. 

TRANSITIONS
Barbara Sternberg, 1982, Canadá, 16mm, 10 min.

Transitions es una película de vida interior y habla del tiempo, la realidad y el poder. Representa las sensaciones inquietantes de estar entre el sueño y la vigilia, entre el aquí y el allí, entre ser y no ser. Estos temas metafísicos son evocados por la imagen centran de una mujer de blanco sobre la que capas de imagen y sonido (voces) se superponen. (Barbara Sternberg)

BEGINNING & ENDING Barbara Sternberg, 2008, Canadá, 16mm, 7 min.

En esta película corta, muda, el blanco y negro y en color, las imágenes se agitan y parpadean en ritmos orgásmicos. Referencias visuales al «ano solar» de Bataille, a la unión romántica, a los monos y a los hombres se conectan con la sostenida dicotomía de los principios y los finales. 

SURFACING
Barbara Sternberg, 2004, Canadá, 16mm, 10 min.

Nuestras atareadas idas y venidas, en marcha, trabajando en la vida son captadas, pero capas de imágenes y de emulsión arañada hacen que sea un esfuerzo ver a través de las profundidades. Si rascamos la superficie, sin embargo… Destellos de otros estados sugieren que podemos emerger. «El mundo es demasiado para nosotros: siempre / recibiendo y gastando, disipamos las fuerzas…» W. Wordsworth

BEATING
Barbara Sternberg, 1995, Canadá, 16mm, 63 min.

«Beating» – en inglés, «to get beaten» (recibir una paliza) o «give a beating» (golpear), «to beat oneself up» (comerse la cabeza). Los pájaros baten sus alas («beat their wings»), el sol pega fuerte («the sun beats down»), nuestros corazones laten («beat»)… Bajo este tropo central «beating», con sus implicaciones positivas y negativas combinadas, la película aúna las perspectivas individuales vividas personalmente, con las comunales e históricas; el odio y el perdón; la risa y el llanto. También se relacionan: las políticas de género y el holocausto; el Viejo Mundo y América del Norte. Pasajes de emoción –nuestras vidas como las experimentamos hoy– se mueven a través de un terreno de memoria y análisis. 

Beating existe en una zona liminal. Trabajo con las imágenes tal y como pueden ser registradas entre la abstracción y la representación, entre lo borroso y lo definido, en el espacio entre lo que no tiene forma y lo que está formado, en movimiento. Trato de representar las imágenes de manera sugestiva, corporal, y de usar vocalizaciones y palabras como texturas y también como información. «El agua, como el fuego, es una dimensión en el carnaval que insiste en lo apátrida y el flujo… un mundo en el que las jerarquías colapsaron, las fronteras se disolvieron… un estado de devenir, no de ser».  (Robert Kroetsch). La superficie de la película, arañada y moteada, negativa y positiva, en blanco y negro y en color, da testimonio de tormentas de emoción, De una sección a otra, hay repeticiones, se hacen conexiones –reminiscencias, equivalencias entre diferentes imágenes– para conseguir el sentimiento de reconocimiento de que todo está conectado. Está todo allí todo el tiempo. (Barbara Sternberg)

BARBARA STERNBERG

EN PROFUNDIDAD

Al ver las películas de Barbara Sternberg, se tiene la curiosa sensación de que el fotograma ya no es una superficie plana, sino que es una especie de portal infinito, como si contempláramos el principio de un túnel que, sabemos, contiene mil y un estratos de profundidad que van emergiendo de la oscuridad. Es algo que no sólo sugieren las imágenes, por su complejidad plástica que reúne capas y capas, como un lienzo al óleo lleno de veladuras y reservas, sino que también tiene que ver con la riqueza de significados que esas imágenes convocan (más como medio de indagación que de planteamiento de axiomas) y, en sus películas sonoras, con cómo lo que oímos añade nuevos planos a lo que vemos en pantalla. En su obra abundan las superposiciones, que no surgen tanto de lo espontáneo, sino de la colisión buscada de significados y patrones gráficos, el trabajo casi obsesivo con ciertas imágenes recurrentes, trabajadas y retrabajadas, los patrones rítmicos de movimiento en una agitación a veces vital, a veces desgarrada. Un torrente de ideas se vierte a cada paso, y ese torrente configura, a su vez, imágenes igualmente desbordantes y abrumadoras, que se reparten por una obra prolífica.

Intentar comprimir este universo en dos programas es, por tanto, imposible. Así que partiendo de esa imposibilidad, pensamos al menos en proporcionar un punto de acceso a esas profundidades que su obra plantea. Barbara Sternberg, natural de Toronto, Ontario, empezó a hacer películas a mediados de los años 70, con un claro interés por hacer visible a través del cine lo que no es naturalmente visible, o lo que no pueden aprehender las palabras. En obras como su Opus 40 (1979) reflexiona sobre la repetición alienante de la vida fabril utilizando las posibilidades del medio (el fotoquímico) al máximo. Esto es quizás una de las máximas de su trabajo: el explorar las posibilidades del cine en tanto material con todo tipo de técnicas, y que esa exploración vaya más allá de lo visual, para ir en consonancia con una investigación en torno a cómo experimentamos el mundo, visual, emocional e intelectualmente. Es decir, forma y contenido son una misma cosa.

El primer programa que le dedicamos está hilvanado por cierta inquietud existencial, por la expresión del desasosiego, por la fugacidad de la vida y sus ciclos que se repiten, por la expresión del trauma y de la herida. Transitions, pieza que abre la selección, es la expresión de la subjetividad de una mujer, atribulada, incapaz de conciliar el sueño y por lo que sugieren las superposiciones y las repeticiones, de «apagar» su cerebro ni un minuto. El pasado en forma de recuerdos recurrentes y el futuro en forma de anhelos inciertos parecen perseguirla, colisionan en la imagen, mientras que en la banda sonora dos voces susurrantes se entremezclan, en dos líneas de pensamiento distintas. Beginning & Ending, por su parte, aborda otro tema cíclico como es el sexo, con su parte animal, a través de imágenes fugaces, cercanas por momentos a la abstracción, que evocan la agitación sensorial y transmiten tactilidad. Precisamente la textura es uno de los puntos fuertes de Surfacing, que refleja el trabajo de Sternberg con la emulsión, y que nos pasa desde la intimidad de Transitions, una subjetividad unitaria, o la de Beginning & Ending, compartida de puertas adentro, a lo público, en imágenes de transeúntes que se abren paso a través de intrincadas capas de emulsión. Poco a poco vamos retornando por medio del film a cierta comunión con la naturaleza y con el propio ser. Beating, quizás una de las obras más impactantes y complejas de Sternberg, parte de un juego semántico con la palabra «beating», que en inglés puede aludir tanto a la violencia, significando «golpear» como a los latidos del corazón o al batir de las alas de un pájaro. A partir de esta idea, Sternberg construye una película que aborda temas tales como el Holocausto, la colonización, el fascismo y su similitud con el machismo, pero también las violencias cotidianas, la agresividad, el dolor y el trauma individual. Las asociaciones entre imágenes, que son sometidas a todo tipo de procesos –la alternancia entre positivo y negativo, la refilmación, el trabajo directo sobre la tira de película arañándola o destiñéndola, el tintado, los montajes rápidos y las superposiciones, entre otros– son la raíz de la fuerza casi subliminal con la que opera el film. Imágenes callejeras, gestos vehementes, pájaros al vuelo, una mujer nadando (imagen recurrente en sus films), partes fragmentadas del cuerpo, fotografías y vídeos refilmados, rápidos y agitados barridos componen, entre otras cosas, la imaginería del film. Esta visceralidad viene acompañada por la banda sonora (y en ocasiones también el texto sobre la pantalla) donde además de citar textos de Virginia Wolf, Hélène Cixous, Hanna Arendt, Dorothy Dinnerstein y Sylvia Plath, entre otros, Sternberg utiliza sonidos humanos que ponen los vellos de punta: gruñidos, alaridos, gemidos (que tardamos un rato en discernir si son jadeos de placer, llanto o agotamiento). Una película bella y brutal, que parece afectar incluso físicamente (algunas partes parpadeantes contribuyen a ello) y que nos conecta con las sombras de la condición humana. 

En un tono más balsámico, el programa número dos se articula en torno al color, que es uno de los motores clave del pensamiento fílmico de Sternberg pero que, como veremos, también alberga connotaciones filosóficas. Colour Theory se establece como un tratado en miniatura sobre las teorías del color para abrir la sesión. A esta le sigue una de las más recientes películas de Sternberg, Sunprints 1, 2, 3. Literalmente, el resultado del sol actuando directamente sobre la tira de celuloide, conjugado con el sol sobre distintos paisajes, en una línea de investigación que continúa la de otros films recientes como Untitled #1 (sun vision), que parecen caminar en la dirección de pensar el sol como el factor que colorea el mundo con su acción sobre las cosas, y a través de las estaciones. Finalmente, el largometraje midst camina también en esa dirección del paso del tiempo y de los cambios reflejados por la luz y las gradaciones cromáticas, engarzados por una reflexión en torno a los vínculos afectivos entre los seres humanos y de éstos con la naturaleza, y también sobre la memoria y la presencia, en una película cuyo montaje está estructurado por el color. La pintura parece ser también uno de los motores del film, cuya raigambre lírica también se expresa en la inspiración de Sternberg en obras como Las olas, de Woolf, y en el sello personal de la escritora, ese flujo de conciencia que intenta captar la percepción precisa de cada instante.

No podemos terminar sin resaltar también otro aspecto que dota de profundidad al trabajo de Sternberg, que es su implicación polifacética en el cine. Además de abordar otros medios expresivos como la performance, la instalación y el vídeo, Sternberg ha ejercido como docente, ha trabajado en diversas organizaciones y eventos para la difusión del cine  (que incluso ha fundado), y también ha escrito sobre artistas y cineastas.

Elena Duque