Paraíso, encuentro de estudiantes de Bellas Artes que acoge a estudiantes de la Universidad de Vigo en Pontevedra y de la Universidad de Salamanca que confluyen con sus películas creadas para la ocasión, florece un año más. Leemos aquí el testimonio de tres de las estudiantes que han pasado por este paraíso encontrado comandado por Xisela Franco y Laura Gómez Vaquero: Tamara Goberna y Claudia Pineda de la universidad gallega, y Mirian Opazo de la facultad salmantina.
¿Qué cosas descubristeis o aprendisteis durante el proceso de creación de la pieza que trajisteis a A Coruña?
Tamara Goberna: ¡Eh, tú! MALA PÉCORA es la primera pieza que mostré en el festival en 2021 y lo viví como un proceso de autoaprendizaje y autodescubrimiento. Gracias a la oportunidad de realizar en la Universidad de Vigo con Xisela Franco un vídeo ensayo experimental, muy personal, pude expresar en ese momento cómo me sentía con las herramientas que tenía a mi alcance e interesarme cada vez más por este medio. Las muestras en público pueden ser duras, pero en todo momento sentí valorado mi trabajo dentro de un ambiente acogedor.
Miriam Opazo: Probablemente descubrir en el cine una forma de contar y de contarme es uno de los mayores y, sin duda, más bonitos aprendizajes en los que me haya visto envuelta en todo el cómputo de mis años universitarios. Encontrar un medio de expresión tan potente, sentir que eres capaz, a través de él, de trasladar al cuerpo ajeno los pensamientos y las sensaciones del tuyo propio, es como encontrar a una de esas personas con las que encajas tan a la perfección como las piezas de un puzle hechas a la justa medida la una de la otra. Creo que fue esa la puerta que los procesos de la pieza que vimos hace dos años en Paraíso, Retratos do Silencio (2022), consiguieron abrir en mi cabeza. La puerta abierta de un nuevo lenguaje. Un lenguaje que sentí mío.
Claudia Pineda: Durante mi participación en el (S8), tuve la oportunidad de presentar tres piezas diferentes. El año 2021 presenté en Paraíso, El viaje 1988, el proceso de creación fue bastante intenso, pero lo considero el más fresco e inocente de todos, ya que no tenía demasiado miedo al error. En un corto período de tiempo aprendí mucho tanto a nivel técnico como conceptual y experimenté con herramientas que no había probado antes, como el uso del metraje encontrado, la narrativa no lineal y la voz en off. Durante la creación de esta pieza, encontré nuevas formas de expresar mis ideas y emociones, descubriendo que la creación experimental es la forma en la que quiero trabajar mi obra, tanto plástica como audiovisual.
¿Destacaríais alguna vivencia de vuestro paso por Paraíso en el (S8)? ¿Qué parte de la programación os impactó o inspiró más?
Tamara Goberna: Este apartado es uno de mis favoritos. Me parece muy buena idea ofrecer un espacio de visibilización y de comunicación a artistas jóvenes que están dando sus primeros pasos fuera de la institución académica. También creo que la confluencia con artistas de otras comunidades es un punto interesante; salir de la esfera que nos circunda y nutrirnos de otras formas de hacer, ver y expresar. Disfruté mucho de toda la experiencia, sobre todo de poderla compartir con mis compañeras de clase, pero la performance al aire libre que se llevó a cabo por lxs alumnxs de la universidad de Cuenca recuerdo que me impactó bastante. Un despliegue envolvente en directo de luces y movimiento al que no estaba acostumbrada. Al año siguiente volví a presentar el vídeo Los apellidos, pero esta vez en la sección Sinais. Siempre que voy salgo con muchas ganas e ideas de seguir creando y estoy muy agradecida por haber formado parte de esa sinergia.
Mirian Opazo: Recuerdo los días que pasamos aquel junio en A Coruña como una suerte de maravilloso trance, destacable en su conjunto. Era la primera vez que cualquiera de nosotros posaba sus pies en un espacio así, tan necesario para compartir y abrir caminos creativos y tan imprescindible para comprender que existen tantas formas distintas y preciosas de mirar y de contar, como filmes pasaban por el interior de los proyectores. Estábamos todo el día corriendo de una proyección a la otra, queriendo estar en todas partes al mismo tiempo y parpadeando lo justo para no perdernos ni un solo segundo de lo que la gran pantalla tenía por descubrirnos.
Si alguien cometiese la inocente crueldad de obligarme a escoger una única parte de la programación, estoy segura de que serían argumento de peso en mi elección las sensaciones que los Desbordamientos produjeron en mí todas las noches en la Luis Seoane, espacio mágico del que salía (y salgo) siempre absolutamente hipnotizada, con la cabeza convertida en un hervidero de hallazgos e ideas. Pero, insisto, solo podría elegir de verme obligada como entre la vida y la muerte, pues toda la programación es, además de un excelente trabajo, interesante y enriquecedora de principio a fin. Como decimos en Galicia: medre o (S8)!
Claudia Pineda: Mi primera experiencia en Paraíso en el (S8) cambió el rumbo de mi carrera. Durante la proyección del cortometraje, un ojeador del ICAA lo vió y lo propuso para el Short Film Corner del Festival de Cine de Cannes. Después de semanas de espera y varias preselecciones, fui una de las cinco estudiantes de cine en España seleccionadas para asistir a este increíble festival en Francia. Pero más allá de esta gran oportunidad profesional, mi paso por el (S8) ha sido realmente transformador. Es un espacio increíble para intercambiar, conocer y descubrir un cine mágico, y es un festival del que me siento muy orgullosa de haber participado y eternamente agradecida por todo el cariño y apoyo recibido durante los últimos años por parte de su equipo.
Cada una de las tres ediciones del (S8) a las que asistí fueron realmente especiales. Pero disfruté mucho de las secciones inmersivas en el patio de la Fundación Seoane, y destacaría la suerte de ver el tríptico de Val del Omar junto a grandes expertos en su obra. También pude participar en programas con cineastas inspiradores como Amy Halpern, Dianna Barrie y Richard Tuohy y poder conversar con estos artistas al final de las sesiones fue una experiencia increíble. Siempre regreso del (S8) con un cuaderno lleno de recomendaciones y nuevas ideas que me inspiran a seguir creando y a querer volver el año siguiente.