O mundo dos soños é un pouco como o máis aló, só que se pode facer ata alí unha viaxe de ida e volta. Dentro da mente de cada persoa existen dominios misteriosos e descoñecidos. Paraxes que podemos alcanzar a través do cine e da performance, grazas a mediums como Zoe Beloff, nesta edición do (S8).
El mundo de los sueños es un poco como el más allá, sólo que se puede hacer hasta allí un viaje de ida y vuelta. Dentro de la mente de cada persona existen dominios misteriosos y desconocidos. Parajes que podemos alcanzar a través del cine y de la performance, gracias a mediums como Zoe Beloff, en esta edición del (S8).
El mundo de los sueños es un poco como el más allá, sólo que se puede hacer hasta allí un viaje de ida y vuelta. Dentro de la mente de cada persona existen dominios misteriosos y desconocidos. Parajes que podemos alcanzar a través del cine y de la performance, gracias a mediums como Zoe Beloff, en esta edición del (S8).
O traballo de Beloff dálle unha volta de porca ao cine de apropiación. Non se trata de recompilar material e remezclarlo, senón de dotar de nova vida, e de novas lecturas, ás películas amateur que foi atopándose ao longo dos anos engarzándolas en toda unha construción histórica de imaxinación desbordante: a Sociedade Psicoanalítica Amateur de Coney Island. Un grupo de persoas do montón que, tras a visita de Sigmund Freud a Coney Island a principios do século XX, deciden empezar a compartir e analizar os seus soños a través do cine. A Sociedade estaba dirixida por un tal Albert Glass, e estivo en marcha desde 1926 ata 1972. A partir deste traballo, Beloff articulou unha exposición presentada en Nova York en 2009, que incluía fotografías, debuxos e pinturas. Dentro do marco da exposición, Beloff ata chegou a escribir un (moi ben documentado) libro sobre a Sociedade, e publicou outro, un cómic ensoñador dacabalo entre Little Nemo e os belos debuxos disfuncionais de Henry Darger, supostamente creado por Glass.
Neste sentido, Beloff é unha artista multimedia nun sentido amplo. 16 mm, diapositivas tridimensionales, teatrillos e dioramas recrean espazos misteriosos e fantasmagóricos. Beloff valeuse tamén das tecnoloxías dixitais para crear instalacións interactivas e para internet, baixo o mesmo signo do resto das súas creacións: a metraxe atopada e a investigación dos recunchos do subconsciente. Non dúbida, no seu afán archivístico/ficcional en crear todos os materiais necesarios (como os libros xa citados) para dar volume de realidade aos seus mundos.
O fino límite entre a cordura e a tolemia, e os xeitos de diagnosticar e curar a enfermidade mental é outro dos eixos da obra de Beloff. A súa obra Charming Augustine, nesta liña, é unha metraxe que aborda un diagnóstico moi común a finais do século XIX e principios do XX: a histeria. Con metraxe feita por Beloff emulando ás películas dos albores do cine, esta peza documenta como se trataba este «mal» entón, a través dunha paciente carismática e teatral. Un ilusionismo evocador do cine primigenio e os seus trucos, como o que se respira en Shadow Land or Lixeiro from the Other Side, a historia (estereoscópica, como a de Charming Augustine) dunha medium capaz de materializar aparicións do máis aló. Como a mesma Beloff, que materializa o inasible nas súas obras.
El trabajo de Beloff le da una vuelta de tuerca al cine de apropiación. No se trata de recopilar material y remezclarlo, sino de dotar de nueva vida, y de nuevas lecturas, a las películas amateur que ha ido encontrándose a lo largo de los años engarzándolas en toda una construcción histórica de imaginación desbordante: la Sociedad Psicoanalítica Amateur de Coney Island. Un grupo de personas de a pie que, tras la visita de Sigmund Freud a Coney Island a principios del siglo XX, deciden empezar a compartir y analizar sus sueños a través del cine. La Sociedad estaba dirigida por un tal Albert Glass, y estuvo en marcha desde 1926 hasta 1972. A partir de este trabajo, Beloff articuló una exposición presentada en Nueva York en 2009, que incluía fotografías, dibujos y pinturas. Dentro del marco de la exposición, Beloff incluso llegó a escribir un (muy bien documentado) libro sobre la Sociedad, y publicó otro, un cómic ensoñador a caballo entre Little Nemo y los bellos dibujos disfuncionales de Henry Darger, supuestamente creado por Glass.
En este sentido, Beloff es una artista multimedia en un sentido amplio. 16 mm, diapositivas tridimensionales, teatrillos y dioramas recrean espacios misteriosos y fantasmagóricos. Beloff se ha valido también de las tecnologías digitales para crear instalaciones interactivas y para internet, bajo el mismo signo del resto de sus creaciones: el metraje encontrado y la investigación de los recovecos del subconsciente. No duda, en su afán archivístico/ficcional en crear todos los materiales necesarios (como los libros ya citados) para dar volumen de realidad a sus mundos.
El fino límite entre la cordura y la locura, y las maneras de diagnosticar y curar la enfermedad mental es otro de los ejes de la obra de Beloff. Su obra Charming Augustine, en esta línea, es un metraje que aborda un diagnóstico muy común a finales del siglo XIX y principios del XX: la histeria. Con metraje hecho por Beloff emulando a las películas de los albores del cine, esta pieza documenta cómo se trataba este “mal” entonces, a través de una paciente carismática y teatral. Un ilusionismo evocador del cine primigenio y sus trucos, como el que se respira en Shadow Land or Light from the Other Side, la historia (estereoscópica, como la de Charming Augustine) de una medium capaz de materializar apariciones del más allá. Como la misma Beloff, que materializa lo inasible en sus obras.
El trabajo de Beloff le da una vuelta de tuerca al cine de apropiación. No se trata de recopilar material y remezclarlo, sino de dotar de nueva vida, y de nuevas lecturas, a las películas amateur que ha ido encontrándose a lo largo de los años engarzándolas en toda una construcción histórica de imaginación desbordante: la Sociedad Psicoanalítica Amateur de Coney Island. Un grupo de personas de a pie que, tras la visita de Sigmund Freud a Coney Island a principios del siglo XX, deciden empezar a compartir y analizar sus sueños a través del cine. La Sociedad estaba dirigida por un tal Albert Glass, y estuvo en marcha desde 1926 hasta 1972. A partir de este trabajo, Beloff articuló una exposición presentada en Nueva York en 2009, que incluía fotografías, dibujos y pinturas. Dentro del marco de la exposición, Beloff incluso llegó a escribir un (muy bien documentado) libro sobre la Sociedad, y publicó otro, un cómic ensoñador a caballo entre Little Nemo y los bellos dibujos disfuncionales de Henry Darger, supuestamente creado por Glass.
En este sentido, Beloff es una artista multimedia en un sentido amplio. 16 mm, diapositivas tridimensionales, teatrillos y dioramas recrean espacios misteriosos y fantasmagóricos. Beloff se ha valido también de las tecnologías digitales para crear instalaciones interactivas y para internet, bajo el mismo signo del resto de sus creaciones: el metraje encontrado y la investigación de los recovecos del subconsciente. No duda, en su afán archivístico/ficcional en crear todos los materiales necesarios (como los libros ya citados) para dar volumen de realidad a sus mundos.
El fino límite entre la cordura y la locura, y las maneras de diagnosticar y curar la enfermedad mental es otro de los ejes de la obra de Beloff. Su obra Charming Augustine, en esta línea, es un metraje que aborda un diagnóstico muy común a finales del siglo XIX y principios del XX: la histeria. Con metraje hecho por Beloff emulando a las películas de los albores del cine, esta pieza documenta cómo se trataba este “mal” entonces, a través de una paciente carismática y teatral. Un ilusionismo evocador del cine primigenio y sus trucos, como el que se respira en Shadow Land or Light from the Other Side, la historia (estereoscópica, como la de Charming Augustine) de una medium capaz de materializar apariciones del más allá. Como la misma Beloff, que materializa lo inasible en sus obras.