ENTREVISTA A HELENA ESTRELA: BENEFICIARIA DE LAS BECAS eSe8_LAB 

Abr 11, 2023 | Destacados, Entrevistas

  • El pasado 2022 se inauguraron las Becas eSe8_LAB para el desarrollo de proyectos cinematográficos en una institución de prestigio en Europa, financiadas por la Unión Europea – NextGenerationEU como parte del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia del Instituto de la Cinematografía y de las Artes Audiovisuales. Dos proyectos fueron seleccionados para ser desarrollados durante cinco semanas en el Baltic Analog Lab de Riga: uno de ellos fue el de Helena Estrela, que giraba alrededor del sol y su observación. ‘Todo va a fallar’ (cuyo título original era ‘Hot sun, late light’) es el reflejo de los retos que aborda un artista durante una residencia artística, de los contrastes que aporta a su trabajo cambiar espacio habitual, de las oportunidades que brinda el privilegio del factor tiempo y de cómo aprovechar todo ello para explorar nuevas metodologías y procesos creativos. Un trabajo de investigación que ha evolucionado y sigue vivo, reorientándose como un girasol. Durante el XIV (S8), el próximo junio en A Coruña, veremos el resultado de este proceso de residencia artística.

– ¿Podrías realizar una pequeña introducción de tu proyecto Todo va a fallar* [*Nuevo título]

Todo va a fallar es un proyecto sobre el sol construido a partir de una búsqueda infructuosa por cielos despejados durante el invierno letón. Siguiendo una lista de los 41 días de mala suerte del año, en que todo fallará, el proyecto explora esta búsqueda del sol como un juego de suerte y azar, a través de una sucesión de encuentros entre personas y cielos, tanto reales como recreados.

– Cuéntanos brevemente cómo fue el proceso de creación durante tu estancia en el Baltic Analog Lab de Riga y la evolución de tu proyecto desde su concepción.

Empecé el proyecto con el propósito de trabajar sobre el sol y el acto de observarlo, con el interés de pensar las relaciones entre los cuerpos y el paisaje. Una premisa que ya había comenzado a desarrollar en Barcelona y en la Mata de Bussaco en los meses anteriores a la residencia, con la intención de continuarla en otras ciudades. Llegando al Baltic Analog Lab de Riga, entre muchas peripecias, entendí que tendría ciertas limitaciones debido a la falta de sol y sentí la necesidad de reorientar mi trabajo. Así que decidí dirigirlo hacia una investigación sobre la cultura popular letona, para intentar comprender las relaciones que este nuevo espacio trazaba con el tema que estaba trabajando y así buscar nuevas formas de abordarlo.

El proyecto se fue desarrollando a partir de esta búsqueda y de las relaciones que se fueron estableciendo con mi entorno, haciendo que la propuesta inicial fuese mutando, tanto durante mi estancia en Riga como posteriormente en Manteigas (Portugal), donde seguí con el desarrollo del proyecto. Durante este proceso mantuve parte de la idea inicial, pero a su vez surgió un nuevo interés en buscar otras formas de representar el sol, sin filmarlo directamente, y también por integrar el sentimiento de mala suerte que se impregnó durante la residencia. Ahora, cuando pienso en la pieza que estoy desarrollando, veo clara esta fusión de ideas que han surgido entre lugares tan diferentes y que marcan una especie de cruzamiento entre culturas, algo que me interesa mucho.

¿Qué ha significado para ti la oportunidad de estar trabajando durante un mes íntegramente en un proyecto artístico?

Como la mayor parte de la gente de mi generación que intenta compaginar trabajos precarios con la creación, el trabajo artístico acaba muchas veces por convertirse en algo más cercano a una afición. La oportunidad de dedicarme en exclusiva a este proyecto a lo largo de un mes fue muy valiosa para poder experimentar y explorar nuevos procesos creativos con el privilegio que supone tener tiempo y presupuesto para ello.

¿Cómo ha influido en el desarrollo artístico de tu obra tu paso por el Baltic Analog Lab? ¿En qué has  podido profundizar allí?

Mi paso por el Baltic Analog Lab curiosamente me hizo alejarme de las cámaras y del laboratorio para enfocarme en un proceso de investigación. A pesar de haber filmado y revelado algunos experimentos, mi mayor aprendizaje ha sido la exploración de una metodología que se presta a prolongarse más en el tiempo y consecuentemente abrir espacio para diferentes procesos de creación a los que no suelo tener acceso.

Has trabajado codo con codo con María Pipla, compañera de estancia en el BAL de Riga. ¿Qué ha  aportado a vuestra experiencia artística esta convivencia?

Tener una compañera durante la residencia fue muy valioso, pudimos compartir las aventuras del día a día, e intercambiar nuestras ideas, proyectos y experiencias. Ambas nos involucramos mucho en los dos proyectos, ayudándonos mutuamente en todas sus diferentes etapas. Doy mucha importancia a la amistad y al amor en mis procesos de trabajo; trabajar con María e Inês Lima en Riga, y posteriormente con otras amigas que se fueron involucrando, reafirmó esta importancia de colaborar y compartir dentro del medio.

– En el (S8) le dedicamos una especial atención a la creación cinematográfica en tiempo real en sus diferentes formas, como la film performance o el cine expandido. ¿Qué opinión te merece esta dimensión del cine?

Creo que existen múltiples formas de trabajar con imágenes en movimiento, todas ellas con diversas posibilidades. No me centro en diferenciar estas formas en mi práctica, pero valoro mucho la existencia de espacios como el (S8), dedicados a explorar estas dimensiones del cine.

– ¿Qué estímulos encuentras en el formato analógico de la imagen en movimiento y qué crees que aporta a tu proceso de creación esta elección?

Creo que lo que más me gusta de trabajar con formatos analógicos es la idea de que pueda ser un trabajo más artesanal. Mi primer contacto práctico con el cine fue en una escuela de corte más clásico, donde nunca me identifiqué con los métodos de producción que se enseñaban. Al querer alejarme de todas esas normas del sistema de producción industrial, la película me ha acercado a una práctica más manual y más cercana a los procesos de trabajo de las artes plásticas. No es que el formato por sí solo me haya permitido adoptar estos procesos, pero sí que es cierto que a partir de eso me aproximé al cine experimental, lo que me hizo sentir más libertad a la hora de crear.

– ¿En qué parte del proceso se encuentra el proyecto en estos momentos y cuáles serán los siguientes pasos a seguir?

Actualmente, estoy editando el proyecto y probando cosas con el material que ya filmé. Todavía no sé si decidiré filmar más, todo dependerá de lo que sienta durante el proceso. Además de la edición de imágenes, también estoy empezando a trabajar el sonido con Cristopher Ruiz. Estamos utilizando técnicas muy diferentes a las que estoy acostumbrada y considerando la posibilidad de hacer parte del sonido al vivo, así que está siendo muy desafiante y motivador.

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