SINAIS: ECOSISTEMAS PENINSULARES

Jun 1, 2023 | Destacados, Noticias

Este jueves 1, viernes 2 y sábado 3 de junio se podrán ver los tres programas que dedicamos a nuestra sección Sinais, que desde 2022 amplía su campo de acción a España y Portugal, en un empeño por recoger lo que está ocurriendo en el terreno del cine experimental en la península. Algo está pasando, y por eso intentamos desde aquí trazar un mapa abreviado que nos dé pistas para encontrar de dónde viene toda esta algarabía.

Cosas pasan en la península ibérica, si es que hablamos de cine experimental, y eso queda claro en nuestra sección Sinais. Si bien es cierto que Sinais admite todo tipo de formatos, las tres sesiones que presentamos están compuestas casi por completo por películas hechas en formatos analógicos. ¿Qué ha pasado para que una nueva generación de personas, muchas de ellas criadas ya en el digital, se decida a explorar el cine en fotoquímico con ojos nuevos? La comunidad necesita lugares en los que congregarse y florecer, y podemos señalar algunos a lo largo de este territorio, que han creado un ecosistema propicio para que todo esto pase. Por un lado, tenemos los lugares de exhibición. Más allá de nuestra propia aportación (la Mostra se viene celebrando desde 2010), podemos decir que para esta generación han sido especialmente influyentes lugares como el Xcèntric, el ciclo anual de proyecciones de cine experimental que se lleva a cabo en el CCCB de Barcelona, dirigido por Gloria Vilches. El Xcèntric celebraba hace poco su veinte aniversario, en unos años en los que se ha primado la revisión de la historia del cine experimental en sus formatos originales en unos años en los que las principales instituciones, incluídos museos, que cumplían esta función en España han ido renunciando a este empeño (salvo honrosas excepciones como la serie Desencadres de la Filmoteca de Galicia). 

La enseñanza de la historia y de los modos de hacer de este tipo de cine también han sido vitales en este panorama. Destacan dos focos en este campo, como son el LAV, impulsado por Pablo Useros en Madrid, y que en los últimos años ha ido construyendo un espacio generoso al proporcionar equipamiento y conocimientos con los cuales contagiar de esta fiebre a muchas personas, tanto desde su máster como desde sus cursos monográficos. Al calor del LAV también ha ido naciendo una programación de cine experimental en diferentes centros de Madrid, tanto curadas por el alumnado como de sus propios trabajos. La Elías Querejeta Zinescola, comandada por Carlos Muguiro, ha sido otro de esos focos desde San Sebastián, promoviendo no solo la creación en esos formatos, sino también la digitalización, la preservación y la restauración de cine en formatos de paso estrecho desde su rama de archivo. También han surgido en la última década laboratorios gestionados por artistas, como es el caso de Cráter Lab en Barcelona, Zinelab en San Sebastián, y el recién nacido Acme Obscura, de la mano de Álvaro Feldman, que también bebe de las enseñanzas del LAV y del ya veterano laboratorio de fotografía de La Casa Encendida. No podemos dejar de nombrar otros focos de enseñanza, no necesariamente de cine analógico pero sí de una concepción del cine más allá de las fronteras de lo narrativo, como es el caso de los talleres que se vienen impartiendo en los últimos años en festivales como Novos Cinemas de la mano de artistas como Adrián Canoura, Helena Girón y Samuel Delgado, entre otros. Y también las facultades de bellas artes, como es el caso de las de Cuenca, de la Universidad de Barcelona y las participantes en nuestra (esperanzadora) sección Paraíso, las de Salamanca y la Universidad de Vigo en Pontevedra. 

Sin embargo, y en lo que al cine fotoquímico concierne, hay que ser conscientes de la fragilidad de lo que tenemos entre manos. Y es por eso que esta red que dibujamos ha de seguir creciendo y fortaleciéndose por más frentes. Por ejemplo, en lo que concierne a la transmisión de saberes en el terreno de la proyección y del mantenimiento de equipos. Después, entre los eventos y las instituciones, en el asunto de conceder valor a la proyección y a la consideración de los materiales de trabajo de los artistas que se deciden a trabajar en fílmico. No todo es lo mismo ni es intercambiable. Hay factores de los que no nos podemos ocupar, al menos de momento, desde aquí: los precios de la película virgen, en alza, y la necesidad de mandar las películas a revelar fuera para obtener ciertos resultados solo posibles con maquinaria más industrial. 

Lo que sí queda claro es que el interés y las ganas de seguir trabajando en estos formatos está más que vivo, a pesar de la invisibilización y la obsolescencia a las que se le quiere condenar. Y está aún por descubrirse todo el potencial que le puede sacar esta nueva generación que, despojada de la nostalgia de las generaciones precedentes, entienden el cine fotoquímico de nuevas y excitantes maneras. 

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