AMY HALPERN

PROGRAMA 1

Sala (S8) Porto | Viernes 3 de junio | 20 horas | Entrada libre a todas las sedes hasta completar aforo. No será posible acceder a las salas una vez empezada la proyección. 

INVOCATION
Amy Halpern | 1982 | EUA | 16mm | 2 min

Una escultura temporal que solo existe mientras las manos la describen y, quizás, brevemente después como impresión póstuma en el ojo. (Amy Halpern)

PALM DOWN
Amy Halpern | 2012 | EUA | 16mm | 6 min

Dos palíndromos. Una resurrección. Sin final feliz.  (Amy Halpern)

FALLING LESSONS
Amy Halpern | 1992 | EUA | 16mm | 64 min.

“Una experiencia de afirmación a la vida apabullantemente sensual de una gran artista del cine experimental, que se abre a una miríada de significados. Un montaje rítmico de casi 200 caras, humanas y animales, que Halpern recorre verticalmente, creando una cascada de rostros que sugieren que mientras los individuos expresan una gama de emociones, en última instancia, siguen siendo enigmas”.  (Kevin Thomas, LA Times). Con apariciones estelares de Shirley Clarke, Michael Snow, Chick Strand, Julie Dash, William Moritz, Pat O’Neill y Neon Park, entre otros.

AMY HALPERN

FALLING LESSONS / BORDE. UNA SUITE DE NUEVAS PELÍCULAS DE AMY HALPERN

Amy Halpern, cineasta neoyorquina radicada en Los Angeles, es la mano detrás de un grupo de películas hechizantes y poderosas que aprovechan al máximo el poder asociativo y sensorial del cine. Halpern, que empezó a hacer cine en los primeros setenta, utiliza la luz, los elementos (sustancias y objetos de diferentes densidades, texturas y colores) y distintas clases de seres en películas con una especial concepción del encuadre y la “puesta en escena”, y cuyo montaje establece asociaciones poderosas y primarias. Sensaciones físicas de todos los calibres y que abarcan todos los sentidos, sinestesia, gestualidad y sensualidad confluyen en composiciones que en ocasiones sugieren relatos al vuelo. Un conjunto en el que a veces interviene el sonido (o el silencio) de imaginativas e inesperadas formas, y cuyos títulos poéticos añaden una capa más del significado. Películas en 16mm casi siempre concentradas en un único motivo, o en una cuidadosamente seleccionado grupo de imágenes interconectadas, que hunde sus raíces en la simbología de las imágenes, y en el magnetismo atemporal que emanan. 

Halpern empezó a hacer películas en 8mm en 1972 y se mudó a Los Angeles en 1974, donde estudió cine en la UCLA. Ha alternado su propia práctica de cine en 16mm con el trabajo en otras producciones dentro y fuera de Hollywood como directora de fotografía, iluminadora y en el ámbito de los efectos especiales. También ha colaborado con otros cineastas, como es el caso de su participación en películas como My Brother’s Wedding de Charles Burnett, The Decay of Fiction de Pat O’Neill o Illusions de Julie Dash, y a principios de los 70 en la compañía de sombras en 3-D de Ken y Flo Jacobs, el New York Apparition Theater. También ha trabajado junto figuras como Shirley Clarke, Chick Strand y Barbara Hammer, y con su compañero David Lebrun en diversas películas, así como en algunas de los light shows recientes del colectivo de cine expandido psicodélico Single Wing Turquoise Bird. Estudió danza, arte que practicó junto a Anna Sokolow y Lynda Gudde. También ha desarrollado las labores de archivista, programadora y fundadora de los míticos Collective for Living Cinema y Los Angeles Independent Film Oasis, y como profesora de cine en la University of Southern California y en la UCLA, entre otros centros. 

El programa que hoy presentamos recorre su cine del pasado y el presente. En la primera sesión veremos su largometraje Falling Lessons, acompañado de dos “aperitivos”: Invocation y Palm Down. Invocation (1982) nos introduce en la sesión a través de la concentración en los gestos de dos manos que se mueven, nos acarician y arrastran desde la oscuridad. Son las manos de la propia Halpern (que ve la película como “una escultura temporal en el espacio”) que nos invitan a entrar en sus dominios. Sigue Palm Down (2012), película que prueba el poder del cine a partir del metraje de una palmera siendo talada contra el cielo californiano, de un azul implacable. La acción de revertir y ver la acción, en su sencillez, demuestra las potencias del material con el que tratamos. Falling Lessons, largometraje que completó en 1992 después de años de trabajo (tanto en la imagen como en la banda sonora) es una obra tan misteriosa como perturbadora. La película se construye a través de las panorámicas verticales, en un incesante movimiento ascendente que induce a un estado psicológico particular. Los colores y los gestos articulan esta ascensión. Esas panorámicas no solo pasan por paisajes o animales, sino por rostros de personas que miran a cámara, que interpelan al público y establecen cierta intimidad física con él. Todo tipo de personas, algunas en calma, otras con crípticas expresiones, otras con miradas dolientes, indignadas, que reclaman una reacción. Otras que nos sorprenden, otras que sonríen. Cuerpos en distintos estados, pieles que transmiten su calor y pulso, que se mueven o permanecen inmóviles. Una secuencia recorre la película: se trata de la puesta en escena de un acto de violencia policial contra dos personas negras. El sonido impulsa todo esto a un nivel extraterrenal. Un collage sonoro asíncrono, con diversos sonidos ambientales y súbitas explosiones musicales, que a veces se engarza con la imagen a través de inesperados playbacks de los rostros filmados con sonidos de películas u otras locuciones. Se trata de una película que sacude la indiferencia apelando a nuestro cuerpo, en una posibilidad aún no lo suficientemente explorada por el cine: que la conciencia política salga directamente de nuestros sentidos, que la visceralidad deje paso a la acción desde una conexión instintiva con lo humano. No es baladí incluir aquí dos de las citas que Halpern incluye en la información sobre la película de su web: Ornette Coleman, con quien tuvo un encuentro poderoso, dice: “una película sanadora… Toda la gente que sale en ella parece estar desnuda”. Chick Strand, amiga y colega cineasta cercana (Halpern es una de las mujeres de Soft Fiction), dice “la película más rara que he visto”. 

La segunda sesión, titulada por la cineasta “Borde” (en inglés, Verge) presenta una serie de películas completadas antes y durante la pandemia. Muchas de ellas se podrán ver por primera vez en el mundo aquí. La mayoría son imágenes y gestos únicos, suerte de miniaturas en 16mm. Una cortina que se mueve con la brisa, las luces que proyectan los árboles atravesados por el sol. Retratos de gente, como su madre, o Jane Wodening (AKA Jane Brakhage). Acciones atávicas que nos unen con toda la historia de la civilización humana. En definitiva, una mirada dentro de un universo cinematográfico y simbólico particular, el de una artista que debería estar en cualquier hipotética lista de las cineastas más influyentes de las últimas décadas si su cine hubiese llegado antes a nuestro conocimiento.