RICHARD TUOHY & DIANNA BARRIE

PROGRAMA

Sala (S8) Porto | Jueves 2 de junio | 20 horas | Entrada libre a todas las sedes hasta completar aforo. No será posible acceder a las salas una vez empezada la proyección. 

ETIENNE’S HAND
Richard Tuohy | 2011 | Australia | 16 mm | 13 min. 

Un estudio del movimiento de una mano inquieta. Hecho de una toma de cinco segundos. El sonido está construido a partir de una vieja canción tradicional francesa reproducida por una caja de música a cuerda. (Richard Tuohy)

VALPI
Richard Tuohy, Dianna Barrie | 2019 | Australia | 16 mm | 9 min.

Una ciudad de ladrillo, hojalata y tablas, desgarrada por movimientos tectónicos y en pendiente hacia el mar. 

GINZA STRIP
Richard Tuohy | 2014 | Australia | 16 mm | 9 min. 

El Ginza de la fábula y el recuerdo. Es la primera película que terminé usando la técnica “chromaflex”, desarrollada por nosotros. Que viene siendo un procedimiento de revelado de color a mano que permite que áreas seleccionadas de la película sean positivo de color, negativo de color, o blanco y negro. (Richard Tuohy)

BLENDING AND BLINDING
Richard Tuohy, Dianna Barrie | 2018 | Australia | 16 mm | 11 min.

Pantallas y particiones; ventanas y persianas; cuadrículas, curvas y arcos. Tres personas, un país: Malasia. (Richard Tuohy y Dianna Barrie)

IN AND OUT A WINDOW
Richard Tuohy, Dianna Barrie | 2021 | Australia | 16 mm | 13 min.

Nuestra ventana delantera, de dentro hacia fuera. Filmada durante el confinamiento por covid. (Richard Tuohy y Dianna Barrie)

TINY COLLISIONS
Richard Tuohy, Dianna Barrie | 2022 | Australia | 16 mm | 10 min.

Un estudio en staccato de acciones e inter-acciones callejeras. Personas y vehículos en sus desplazamientos cotidianos son atomizadas en fragmentos de luz fluida, sombras, ángulos e inercias, reiterando y desarmando la creación de movimiento a través de fotogramas estáticos que es la esencia del cine. Filmada en diez ciudades de cuatro continentes. 

RICHARD TUOHY & DIANNA BARRIE

LA URDIMBRE Y LA TRAMA

Toda película es una suerte de patchwork construido con retazos filmados o creados a mano, “cosidos” a través del montaje. En el caso de las películas de Richard Tuohy y Dianna Barrie, sin embargo, el proceso se parece más al del tejido de un tapiz: esos retazos capturados, en lugar de yuxtaponerse, se entrecruzan como la urdimbre y la trama en un telar, fabricando así (con la intervención de la máquina) un conjunto de imágenes y motivos solo posibles gracias a un paciente trabajo artesanal. Todo empieza con la recolección de imágenes en el mundo: muchas de sus películas parten de la observación de los lugares y sus ritmos. Muchas podrían ser contempladas como cuadernos de viaje o “sinfonías de ciudad”. Pero lo simple se va transformando en complejo gracias a un pensamiento cuya clarividencia formal identifica y aísla los patrones composicionales, cinéticos, cromáticos y rítmicos de lo filmado. Estos patrones se convierten así en materia prima para ser procesada por la maquinaria analógica, configurando obras complejas y sofisticadas en torno a temas en apariencia sencillos. 

Algunas de las estrategias formales que emplean son la repetición y las variaciones (recursos profusamente utilizados en la música), la sobreimpresión de imágenes, el collage hecho a partir de dividir el cuadro en secciones gracias a la optical printer, y el trabajo fotograma a fotograma. Procedimientos cuya combinatoria infinita han ido perfeccionando y dominando, y cuyos matices se refinan en cada nuevo ejercicio. 

La obra de Tuohy y Barrie también se puede leer como una conjunción de intereses heterogéneos: la estructura musical de muchas de sus películas (Barrie proviene del campo de la música abstracta) convive con el trabajo gráfico con los elementos del cuadro (las líneas, las zonas de luz y de sombra, la direccionalidad de los movimientos). Tanto Barrie como Tuohy, además, han estudiado filosofía. Y ciertamente el desdoblamiento de la realidad que proponen, esa visión más allá de lo evidente propiciada por la reelaboración posterior, puede conectarse con el pensamiento filosófico. Nuevas formas de pensar el mundo emergen del cine analógico, que genera los hallazgos y accidentes propios de un trabajo orgánico y manual que siempre conlleva ciertas dosis de imprevisibilidad y sorpresa. El conocimiento íntimo de la maquinaria y los procesos fotoquímicos, como se ve, es uno de los pilares fundamentales de su cine. 

Este saber es una de las cartas de presentación de Tuohy y Barrie en sus viajes por el mundo “difundiendo la palabra” del cine artesanal y analógico. Originarios de Melbourne, Australia, fundaron en 2006 el ya célebre nanolab, que empezó como un laboratorio de revelado de super 8 con sede en su propia casa. La falta de laboratorios en Australia fue la que motivó a Tuohy y Barrie para arremangarse y tomar cartas en el asunto, aprovechando así también la obsolescencia forzada de los formatos fotoquímicos para pertrecharse con equipos de todo tipo. Una búsqueda que también ha dado de sí la invención de técnicas D.I.Y. que difunden a través de los talleres que imparten por todo el mundo. Disfrutamos en nuestra edición de 2020 de un taller online con Tuohy y Barrie, que este año por fin podrá tener lugar presencialmente. En 2011 fundaron el Artist Film Workshop, laboratorio que se expande a más miembros y que es parte de la red internacional de laboratorios autogestionados, y en el que tienen lugar también proyecciones. Un epicentro del cine experimental en Australia. Son también fundadores del Australian International Experimental Film Festival. Como agitadores de la escena local, divulgadores de conocimiento y artistas internacionales, ambos llevan a cabo una labor incansable en torno a las posibilidades por explorar del cine que se puede tocar. 

El conjunto de películas que presentamos (junto con las film performances de la sección Desbordamientos) proponen un recorrido sucinto por su trabajo, y construyen también una experiencia cuyos ritmos y progresiones inducen un estado hipnótico y meditativo. Etienne’s Hand (2011) toma y aísla el movimiento de una mano. El gesto repetido (acompañado del sonido en bucle tintineante de una vieja nana en una caja de música) es captado en diferentes fases, recombinado, superpuesto, invertido, multiplicado, en un ejercicio que trasciende el formalismo puro. Una mano que se abre, con todas sus sugerencias misteriosas e íntimas: el trabajo manual, la caricia, el ademán mágico y primario. A partir del punto de acceso de la mano que invita, viajamos a lugares lejanos. Valpi (2019) nos conduce a Valparaíso, Chile, junto al mar y a la sombra de un volcán, con su particular arquitectura cuesta arriba en interminables hileras de casas multicolores. Barrie y Tuohy toman lo que parece un traveling infinito sobre un coche o tranvía y los descomponen en la optical printer en franjas horizontales. El movimiento se descabalga, el paisaje se recombina al ritmo irregular del avance de la cámara en cada sección, conocemos o reconocemos el espacio que por momentos se convierte en abstracción y por momentos “encaja” en una forma reconocible. Con Ginza Strip (2014) vamos al barrio de Ginza, en Tokio. El bullicio de la gente al pasar, los altos edificios y los letreros luminosos nos sumergen en el movimiento incesante de la capital japonesa, esta vez empleando franjas verticales y diagonales que barren el encuadre y entretejen imágenes, círculos y superposiciones parpadeantes, en una impactante combinación de positivo y negativo a color conseguida gracias a una técnica inventada por Tuohy llamada “Chromaflex”. Gracias a esta técnica, el positivo y negativo de color, y de blanco y negro, son revelados de manera que conviven en la misma imagen. El entretejido funciona en Blending and Blinding (2018) gracias a las superposiciones. En esta pieza, filmada en Malasia, las franjas de una persiana se combinan en complejos patrones con baldosas y celosías, edificios y arcos, en un juego geométrico que se despliega ante nuestros ojos al mismo tiempo que recorremos la geografía del lugar. Una esencia arquitectónica que parece hablar también de las raíces ancestrales de una cultura. El viaje físico hubo de ser reemplazado por el viaje fotoquímico-metafísico durante la cuarentena: así ocurre en In and Out a Window (2021), en la que el motivo principal es una ventana, acompañada por un tic tac (que podría ser el del temporizador de un cuarto de revelado) que evoca el lento pasar del tiempo. La sencilla imagen del mundo exterior, de densa vegetación, es recortada en cuatro por una ventana desde un interior completamente negro. Esta imagen se recombina fotograma a fotograma, gira, se acerca y se aleja hasta convertirse en abstracción, pasando de la tridimensionalidad a la bidimensionalidad y creando efectos estroboscópicos. Cierra el recorrido una de sus últimas piezas, Tiny Collisions (2022), en la que volvemos al mundo exterior: las calles de diez ciudades en cuatro continentes distintos son las que esta vez se entretejen en el cuadro formado por las hábiles manos de Tuohy y Barrie, en lúcida sintonía con las máquinas y los procesos del cine. 

Elena Duque.